¡Lavaos, limpiaos; apartad la maldad de vuestras obras de delante de mis ojos; cesad de hacer lo malo;
1 Pedro 4:1 - Biblia Version Moderna (1929) HABIENDO pues Cristo padecido en la carne, armaos vosotros también del mismo pensamiento (que Aquel que padeció en la carne, no tiene ya que ver con el pecado), Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Puesto que Cristo ha padecido por nosotros en la carne, vosotros también armaos del mismo pensamiento; pues quien ha padecido en la carne, terminó con el pecado, Biblia Nueva Traducción Viviente Por lo tanto, ya que Cristo sufrió dolor en su cuerpo, ustedes prepárense, adoptando la misma actitud que tuvo él, y estén listos para sufrir también. Pues, si han sufrido físicamente por Cristo, han terminado con el pecado. Biblia Católica (Latinoamericana) Dado que Cristo padeció en su carne, háganse fuertes con esta certeza: el que ha padecido en su carne ha roto con el pecado. La Biblia Textual 3a Edicion Puesto que el Mesías padeció en la carne,° vosotros también armaos con el mismo pensamiento: El que padeció en la carne terminó con el pecado,° Biblia Serafín de Ausejo 1975 Si, pues, Cristo ha padecido en carne, armaos también vosotros de la misma idea, a saber, que el que ha padecido en la carne ha quedado desligado del pecado, Biblia Reina Valera Gómez (2023) Puesto que Cristo ha padecido por nosotros en la carne, vosotros también armaos del mismo pensamiento; porque el que ha padecido en la carne, cesó de pecado; |
¡Lavaos, limpiaos; apartad la maldad de vuestras obras de delante de mis ojos; cesad de hacer lo malo;
Y quemarán tus casas a fuego, y ejecutarán en ti juicios, en presencia de muchas mujeres; y así yo haré que ceses de ser fornicaria, ni tampoco darás más paga.
Él entonces dijo al hombre que tenía la mano seca: Ponte de pie en medio.
Asimismo también vosotros, estimaos como muertos en verdad al pecado, mas vivos para Dios, en Jesucristo.
¡No lo permita Dios! Nosotros que morimos al pecado, ¿cómo podremos vivir ya en él?
He sido 'crucificado' con Cristo; sin embargo vivo; mas no ya yo, sino que Cristo vive en mí: y aquella vida que ahora vivo en la carne, la vivo por la fe en el Hijo de Dios, el cual me amó, y se dió a sí mismo por mí.
Y los que son de Cristo Jesús, han crucificado la carne, juntamente con sus pasiones y sus deseos desordenados.
Por lo cual, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo hecho todo, estar firmes.
Obedece pues la voz de Jehová tu Dios, y cumple sus mandamientos y sus estatutos que te prescribo hoy.
Pues considerad a aquel que soportó tal contradicción de los pecadores contra sí mismo, para que no os canséis, desmayando en vuestras almas.
Porque el que ha entrado en su descanso, ha cesado él mismo también de sus obras, así como Dios cesó de las suyas.
Porque a esto mismo fuisteis llamados; pues que Cristo también sufrió por vosotros, dejándoos ejemplo, para que sigáis en sus pisadas:
Porque Cristo también padeció por los pecados, una vez para siempre, el justo por los injustos, a fin de llevarnos a Dios, cuando fué muerto en cuanto a la carne, pero vivificado en cuanto al espíritu;