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1 Pedro 2:21 - Biblia Version Moderna (1929)

21 Porque a esto mismo fuisteis llamados; pues que Cristo también sufrió por vosotros, dejándoos ejemplo, para que sigáis en sus pisadas:

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Biblia Reina Valera 1960

21 Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

21 Pues Dios los llamó a hacer lo bueno, aunque eso signifique que tengan que sufrir, tal como Cristo sufrió por ustedes. Él es su ejemplo, y deben seguir sus pasos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

21 Para esto han sido llamados, pues Cristo también sufrió por ustedes, dejándoles un ejemplo, y deben seguir sus huellas.

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La Biblia Textual 3a Edicion

21 Porque para esto fuisteis llamados, pues también el Mesías padeció por vosotros,° dejándoos ejemplo, para que sigáis sus pisadas.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

21 A esto habéis sido llamados. Porque también Cristo sufrió por vosotros, dejándoos ejemplo para que sigáis sus huellas.

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1 Pedro 2:21
30 Tagairtí Cros  

La justicia irá delante de él, y nos pondrá en el camino de sus pasos.


y el que no toma su cruz sigue en pos de mí, no es digno de mí.


Tomad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí; porque soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas.


¶¡Entonces dijo Jesús a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame.


¿Acaso no era necesario que el Cristo padeciese estas cosas, y entrase en su gloria?


Porque os he dado ejemplo, para que vosotros también hagáis como yo he hecho con vosotros.


Estas cosas os he dicho, para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis tribulación; pero tened buen ánimo; yo he vencido al mundo.


confirmando las almas de los discípulos, y exhortándolos a que permaneciesen firmes en la fe, y enseñándoles que es necesario que por medio de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios.


abriendo su sentido, y exponiendo que era necesario que el Mesías padeciese, y resucitase de entre los muertos; y que este Jesús a quien (dijo) yo os predico, es el Mesías.


porque yo le enseñaré cuantas cosas es menester que él sufra por causa de mi nombre.


Porque a los que conoció en su presciencia, los predestinó también para ser conformados a la imagen de su Hijo; para que él fuese el primogénito entre muchos hermanos.


SED pues imitadores de mí, así como yo lo soy de Cristo.


y andad en amor, así como Cristo también nos amó, y se dió a sí mismo por nosotros, como ofrenda y sacrificio a Dios, de olor grato.


Tened dentro de vosotros este ánimo que estaba también en Cristo:


a fin de que ninguno fuese perturbado en medio de estas aflicciones: porque vosotros mismos sabéis que a esto estamos destinados.


Pues sabéis qué mandatos os impusimos por autoridad del Señor Jesús.


Sí, y todos los que quieran vivir piadosamente en Cristo Jesús, padecerán persecución.


Pues convenía a aquel para quien son todas las cosas, y por medio de quien son todas las cosas, habiendo de llevar muchos hijos a la gloria, hacer perfecto al autor de su salvación por medio de los padecimientos.


conocido en verdad en la presciencia de Dios, antes de la fundación del mundo, pero manifestado al fin de los tiempos,


quien mismo llevó nuestros pecados en su propio cuerpo sobre el madero, a fin de que nosotros, estando muertos a los pecados, viviésemos a la justicia: por cuyas llagas vosotros fuisteis sanados.


Porque Cristo también padeció por los pecados, una vez para siempre, el justo por los injustos, a fin de llevarnos a Dios, cuando fué muerto en cuanto a la carne, pero vivificado en cuanto al espíritu;


no volviendo mal por mal, ni ultraje por ultraje, sino al contrario, bendiciendo a vuestros enemigos; porque para esto mismo fuisteis llamados, para que heredaseis bendición.


HABIENDO pues Cristo padecido en la carne, armaos vosotros también del mismo pensamiento (que Aquel que padeció en la carne, no tiene ya que ver con el pecado),


sino antes regocijaos, por cuanto sois participantes de los padecimientos de Cristo; para que también, cuando su gloria fuere revelada, os  regociéis con gozo extremado.


El que dice que mora en él, debe también él mismo andar así como él anduvo.


En esto conocemos el amor, por cuanto él puso su vida por nosotros; y nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos.


Y ellos le vencieron por medio de la sangre del Cordero, y por medio de la palabra de su testimonio, y no amaron sus vidas, exponiéndolas hasta la muerte.


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