y me responda: Bebe y sacaré también para tus camellos, sea la mujer destinada por el Señor para el hijo de mi amo.
Proverbios 19:14 - Biblia Martin Nieto Casa y hacienda son la herencia de los padres, pero una mujer inteligente es un don del Señor. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 La casa y las riquezas son herencia de los padres; Mas de Jehová la mujer prudente. Biblia Nueva Traducción Viviente Los padres pueden dar en herencia a sus hijos casa y fortuna, pero solo el Señor puede dar una esposa comprensiva. Biblia Católica (Latinoamericana) Casa y bienes son herencia paterna, pero Yavé es quien da una esposa juiciosa. La Biblia Textual 3a Edicion Casa y fortuna son herencia de los padres, Pero la mujer prudente es un don de YHVH. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Casa y hacienda son herencia paterna; la mujer prudente es un don de Yahveh. Biblia Reina Valera Gómez (2023) La casa y las riquezas son herencia de los padres; mas la esposa prudente viene de Jehová. |
y me responda: Bebe y sacaré también para tus camellos, sea la mujer destinada por el Señor para el hijo de mi amo.
El Señor, Dios del cielo y de la tierra, que me sacó de la casa de mi padre y de la tierra de mi familia, que me habló y me juró diciéndome: Yo daré esta tierra a tu descendencia, él enviará su ángel delante de ti, para que tomes de allí mujer para mi hijo.
El hombre de bien deja su herencia a los hijos de sus hijos, las riquezas del injusto están reservadas para el justo.
El que encuentra una mujer encuentra la felicidad, es un favor que ha obtenido del Señor.
Por tercera vez estoy a punto de ir a veros, y tampoco seré una carga para vosotros; pues no busco vuestras cosas, sino a vosotros mismos. Porque no son los hijos los que deben ahorrar para los padres, sino los padres para los hijos.
el día que reparta los bienes a sus hijos no podrá tratar como primogénito al hijo de la mujer que quiere con detrimento del hijo de la que no quiere, que es el verdadero primogénito,
Todo don excelente y todo don perfecto viene de lo alto, del Padre de las luces, en el que no hay cambio ni sombra de variación.
Josué conquistó toda la tierra, como el Señor le había dicho a Moisés, y la repartió en heredad entre las tribus de Israel. Y el país gozó de paz.
Este hombre se llamaba Nabal, y su mujer, Abigaíl. La mujer era muy sensata y muy hermosa; el hombre, por el contrario, era duro y malo; era calebita.