El Faraón se irritó contra sus dos oficiales, el primer copero y el primer panadero,
Proverbios 16:14 - Biblia Martin Nieto El furor del rey es mensajero de muerte, pero un hombre sabio le apacigua. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 La ira del rey es mensajero de muerte; Mas el hombre sabio la evitará. Biblia Nueva Traducción Viviente El enojo del rey es amenaza de muerte; el sabio tratará de aplacarlo. Biblia Católica (Latinoamericana) ¡El enojo del rey es peligro de muerte! Pero un hombre sabio puede apaciguarlo. La Biblia Textual 3a Edicion La ira del rey es heraldo de muerte, Pero el hombre sensato logrará aplacarlo. Biblia Serafín de Ausejo 1975 La cólera del rey es presagio de muerte, pero el hombre sabio la mitiga. Biblia Reina Valera Gómez (2023) La ira del rey es como mensajero de muerte; mas el hombre sabio la aplacará. |
El Faraón se irritó contra sus dos oficiales, el primer copero y el primer panadero,
El rey, furibundo, se levantó del banquete, y se fue al jardín de palacio; entretanto Amán, comprendiendo que su ruina estaba decretada, se quedó para implorar a Ester por su vida.
El rey concede su favor a los labios justos, y ama al que habla con rectitud.
En la serenidad del rostro del rey está la vida, y su favor es cual lluvia primaveral.
El pendenciero sólo busca pelea, pero un mensajero cruel será enviado contra él.
Como rugido de león es la cólera del rey, pero su favor es como rocío sobre hierba.
Como rugido de león es la ira del rey, quien la excita perjudica a su propia vida.
Muchos buscan el favor del príncipe, pero el derecho de cada uno viene del Señor.
Si la ira del rey se levanta contra ti, no abandones tu puesto; ante los errores graves, hay que tomar las cosas con calma.
el cual se presentó al rey implorando que le fijase un límite de tiempo, dentro del cual daría su interpretación.
Inmediatamente el rey mandó a un verdugo que trajera la cabeza de Juan. Él fue a la cárcel, le cortó la cabeza,
Herodes estaba irritado con los tirios y sidonios, que de común acuerdo se presentaron ante él, y habiéndose ganado a Blasto, que era camarero del rey, solicitaban la paz, porque su país se abastecía del país real.
Somos, pues, embajadores de Cristo, como si Dios exhortase por nosotros. En nombre de Cristo os rogamos: reconciliaos con Dios.