que me hiera un justo, que un hombre piadoso me reprenda, pero que la fragancia del criminal jamás perfume mi cabeza; pues a sus crímenes yo opondré siempre mi oración.
Proverbios 13:18 - Biblia Martin Nieto Miseria y vergüenza para el que rechaza la disciplina, honor para el que acoge la corrección. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Pobreza y vergüenza tendrá el que menosprecia el consejo; Mas el que guarda la corrección recibirá honra. Biblia Nueva Traducción Viviente Si desprecias la crítica constructiva, acabarás en pobreza y deshonra; si aceptas la corrección, recibirás honra. Biblia Católica (Latinoamericana) Miseria y vergüenza para el que rechaza los consejos, el que hace caso a la reprensión será estimado. La Biblia Textual 3a Edicion Miseria y oprobio para quien rechaza la corrección, Pero el que guarda el consejo, será honrado. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Miseria y oprobio a quien rechaza la instrucción; honor a quien admite la reprensión. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Pobreza y vergüenza tendrá el que rechaza la instrucción; mas el que escucha la reprensión, será honrado. |
que me hiera un justo, que un hombre piadoso me reprenda, pero que la fragancia del criminal jamás perfume mi cabeza; pues a sus crímenes yo opondré siempre mi oración.
El que ama la instrucción ama la ciencia, el que odia la reprensión es insensato.
El que desprecia la palabra se perderá, el que respeta el precepto será recompensado.
El deseo satisfecho es dulzura para el alma, apartarse del mal es odioso para el necio.
El justo come hasta saciar su apetito, pero el vientre del delincuente sufre hambre.
Muchos buscan los favores del hombre generoso, y todos son amigos del que da.
Anillo de oro y joya de oro puro, tal es una sabia represión en un oído dócil.
Da al sabio, y se hará más sabio todavía; instruye al justo, y acrecerá su ciencia.
Más vale escuchar la reprensión del sabio que la cantinela de los necios.
¡Acostémonos en nuestra ignominia y nos cubra nuestro oprobio, porque contra el Señor, nuestro Dios, hemos pecado nosotros y nuestros padres desde nuestra juventud hasta el presente y no hemos escuchado la voz del Señor, nuestro Dios!'.
Cuidado con no escuchar al que os habla; pues si aquéllos, por no escuchar al que promulgaba oráculos en la tierra no escaparon al castigo, ¡con cuánta mayor razón no escaparemos nosotros si volvemos la espalda a aquel que habla desde el cielo!