Proverbios 1:8 - Biblia Martin Nieto Escucha, hijo mío, la instrucción de tu padre, y no rechaces la enseñanza de tu madre, Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre, Y no desprecies la dirección de tu madre; Biblia Nueva Traducción Viviente Hijo mío, presta atención cuando tu padre te corrige; no descuides la instrucción de tu madre. Biblia Católica (Latinoamericana) Escucha, hijo mío, los consejos de tu padre, no rechaces las advertencias de tu madre: La Biblia Textual 3a Edicion Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre, Y no abandones las enseñanzas de tu madre, Biblia Serafín de Ausejo 1975 Escucha, hijo mío, la instrucción de tu padre y no rechaces la enseñanza de tu madre, Biblia Reina Valera Gómez (2023) Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre, y no dejes la ley de tu madre: |
Hijo mío, si tú recibes mis palabras y guardas dentro de ti mis mandamientos,
Escucha a tu padre, que te ha engendrado, y no desprecies a tu madre cuando se haga anciana.
Hijo mío, no olvides mi enseñanza, y que tu corazón guarde mis preceptos;
El ojo que se burla de un padre y que desprecia la edad de su madre, los cuervos del torrente lo sacarán y los hijos del águila lo devorarán.
no escuché la voz de mis educadores ni presté oídos a los que me instruían!
Guarda, hijo mío, los preceptos de tu padre y no rechaces la enseñanza de tu madre.
Nosotros hemos obedecido a la voz de nuestro antepasado Jonadab, hijo de Recab, en todo lo que nos ha ordenado, y así en toda nuestra vida no bebemos vino, ni nosotros, ni nuestras mujeres,
Respetad a vuestros padres y guardad mis sábados: yo, el Señor, vuestro Dios.
De pronto le llevaron un paralítico tendido en una camilla. Jesús al ver su fe, dijo al paralítico: 'Ánimo, hijo, tus pecados te son perdonados'.
Jesús se volvió y, al verla, le dijo: 'Ánimo, hija, tu fe te ha curado'. Y la mujer quedó curada desde aquel momento.
avivando el recuerdo de tu fe sincera, la que primero tuvieron tu abuela Loida y tu madre Eunice y que, con toda seguridad, tienes tú también.
Si peca un hombre contra otro hombre, Dios puede intervenir en su favor; pero si un hombre peca contra el Señor, ¿quién intercederá por él?'. Pero ellos no hicieron caso a su padre, porque el Señor había decidido que muriesen.