Levítico 19:3 - Biblia Martin Nieto

³ Respetad a vuestros padres y guardad mis sábados: yo, el Señor, vuestro Dios.

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Biblia Reina Valera 1960

³ Cada uno temerá a su madre y a su padre, y mis días de reposo guardaréis. Yo Jehová vuestro Dios.

Biblia Nueva Traducción Viviente

³ »Cada uno de ustedes tenga gran respeto por su madre y su padre, y siempre guarde mis días de descanso. Yo soy el Señor su Dios.

Biblia Católica (Latinoamericana)

³ Todos ustedes respetarán a su padre y a su madre y guardarán mis sábados. ¡Yo soy Yavé, su Dios!

La Biblia Textual 3a Edicion

³ Cada uno temerá a su madre y a su padre,° y guardaréis° mis días de reposo.° Yo, YHVH vuestro Dios.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

³ Cada uno de vosotros respetará a su padre y a su madre; y guardaréis mis sábados. Yo, Yahveh, vuestro Dios.

Levítico 19:3 Tagairtí Cros

Génesis 48:12

José los retiró de las rodillas de su padre y se inclinó hasta el suelo.

Nehemías 9:14

Les diste a conocer tu santo sábado, les prescribiste mandamientos, preceptos y ley por medio de Moisés, tu siervo.

Éxodo 16:29

Grabad bien en vuestras mentes que el Señor os ha dado el descanso del sábado; por ello el día sexto os da pan para dos días. Quédese cada uno en su puesto, y que el séptimo día nadie salga de él'.

Éxodo 20:12

Honra a tu padre y a tu madre para que tus días se alarguen sobre la tierra que el Señor, tu Dios, te da.

Éxodo 20:8

Acuérdate del día del sábado para santificarlo.

Éxodo 21:15

El que hiera a su padre o a su madre, será condenado a muerte.

Éxodo 21:17

Quien maldiga a su propio padre o a su propia madre, será condenado a muerte.

Proverbios 1:8

Escucha, hijo mío, la instrucción de tu padre, y no rechaces la enseñanza de tu madre,

Proverbios 23:22

Escucha a tu padre, que te ha engendrado, y no desprecies a tu madre cuando se haga anciana.

Proverbios 30:11

Raza que maldice a su padre y no bendice a su madre;

Proverbios 30:17

El ojo que se burla de un padre y que desprecia la edad de su madre, los cuervos del torrente lo sacarán y los hijos del águila lo devorarán.

Isaías 58:13

Si te guardas de profanar el sábado, de tratar tus asuntos en mi día santo; si llamas al sábado delicia, glorioso al día consagrado al Señor; si lo glorificas evitando los viajes, no tratando negocios ni arreglando asuntos,

Ezequiel 20:12

Les di además mis sábados, como señal entre ellos y yo, para que quedase claro que soy yo, el Señor, quien los santifica.

Levítico 11:44

Yo soy el Señor, vuestro Dios; vosotros debéis santificaros y ser santos, porque yo soy santo; no os contaminéis con esos bichos que se arrastran por el suelo.

Levítico 19:25

A partir del quinto año podréis comer los frutos. Así el árbol os dará más. Yo, el Señor, vuestro Dios.

Levítico 19:30

Guardaréis mis sábados y respetaréis mi santuario: yo, el Señor.

Levítico 19:31

No consultaréis a los nigromantes ni recurriréis a los adivinos, si no queréis quedar impuros: yo, el Señor, vuestro Dios.

Levítico 19:34

será para vosotros como un compatriota más, y lo amarás como a ti mismo, pues también vosotros fuisteis extranjeros en Egipto: yo, el Señor, vuestro Dios.

Levítico 23:3

Durante seis días trabajaréis, pero el séptimo es sábado, día de descanso absoluto y de asamblea santa; no haréis en él trabajo alguno. Dondequiera que viváis, es día de descanso dedicado al Señor

Levítico 26:2

Guardaréis mis sábados y veneraréis mi santuario: yo, el Señor.

Malaquías 1:6

El hijo honra a su padre, el siervo honra a su señor. Pues si yo soy padre, ¿dónde está el honor que me pertenece? Y si soy señor, ¿dónde el respeto que se me debe?, dice el Señor todopoderoso justamente a vosotros, sacerdotes, que mientras despreciáis mi nombre, todavía decís: ¿En qué hemos despreciado tu nombre?

Deuteronomio 27:16

¡Maldito el que desprecie a su padre y a su madre! Y todo el pueblo responderá: ¡Amén!

Deuteronomio 5:16

Honra a tu padre y a tu madre, como te lo ha ordenado el Señor, tu Dios; vivirás largos años y serás feliz en la tierra que te da el Señor, tu Dios.

Hebreos 12:9

Además, si nosotros respetábamos a nuestros padres cuando nos corregían, ¿con cuánta mayor razón debemos someternos a nuestro Padre celestial para tener la vida?