En seguida salió su hermano, con la mano agarrada al talón de Esaú, y le llamaron Jacob. Isaac tenía sesenta años cuando Rebeca los dio a luz.
Oseas 12:4 - Biblia Martin Nieto Desde el seno materno agarró del talón a su hermano, y de adulto peleó con Dios. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Venció al ángel, y prevaleció; lloró, y le rogó; en Bet-el le halló, y allí habló con nosotros. Biblia Nueva Traducción Viviente Sí, luchó con el ángel y venció. Lloró y clamó para que lo bendijera. Allá en Betel se encontró cara a cara con Dios, y Dios habló con él, Biblia Católica (Latinoamericana) Ya en el seno materno suplantó a su hermano y, cuando era hombre, peleó con Dios. Luchó con el ángel, lo venció. La Biblia Textual 3a Edicion Luchó con el ángel y prevaleció; lloró, y alcanzó misericordia. En Bet-’El lo encontró, y allí habló con nosotros. Biblia Serafín de Ausejo 1975 En el seno materno suplantó a su hermano, y en su edad viril peleó con Dios. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Sí, luchó con el Ángel, y prevaleció; lloró, y le rogó; le encontró en Betel, y allí habló con nosotros. |
En seguida salió su hermano, con la mano agarrada al talón de Esaú, y le llamaron Jacob. Isaac tenía sesenta años cuando Rebeca los dio a luz.
Los tomó y los hizo pasar el vado, y pasó también todo lo que tenía consigo.
Jacob se quedó solo, y un hombre estuvo luchando con él hasta despuntar el alba.
El hombre, viendo que no le podía, le dio un golpe en la articulación del muslo y se la descoyuntó durante la lucha con él.
Y el hombre añadió: 'Tu nombre no será ya Jacob, sino Israel, porque te has peleado con Dios y con los hombres y has vencido'.
Y bendijo a José diciendo: 'El Dios en cuya presencia anduvieron mis padres Abrahán e Isaac, el Dios que me ha guiado desde mi nacimiento hasta hoy,
Él convirtió el mar en tierra firme, y el río atravesaron a pie enjuto;
en todas sus angustias. No un mensajero o un delegado suyo; él mismo fue quien los salvó. En su amor, en su piedad, él mismo los rescató, los sostuvo y los llevó todos los días en el pasado.
Yo enviaré mi mensajero a reparar el camino delante de mí; pronto vendrá a su templo el Señor, a quien vosotros buscáis; el ángel de la alianza, por quien tanto suspiráis, ya está para llegar -dice el Señor todopoderoso-.
Después nosotros, los vivos, los que estemos hasta la venida del Señor, seremos arrebatados juntamente con ellos entre nubes por los aires al encuentro del Señor. Y ya estaremos siempre con el Señor.
Él, en los días de su vida mortal, presentó con gran clamor y lágrimas oraciones y súplicas al que podía salvarle de la muerte, y fue escuchado en atención a su obediencia;