Así que cuando oyeron la ley, excluyeron de Israel a todos los extranjeros.
Números 11:4 - Biblia Martin Nieto La gente que se les había unido tenía tanta hambre que los mismos israelitas, contagiados, se pusieron a llorar, gritando: '¡Quién nos diera carne que comer! Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y la gente extranjera que se mezcló con ellos tuvo un vivo deseo, y los hijos de Israel también volvieron a llorar y dijeron: ¡Quién nos diera a comer carne! Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces la gentuza extranjera que viajaba con los israelitas comenzó a tener fuertes antojos por las cosas buenas de Egipto. Y el pueblo de Israel también comenzó a quejarse: «¡Oh, si tuviéramos un poco de carne! —exclamaban—. Biblia Católica (Latinoamericana) El montón de gente extraña que se encontraba en medio de los Israelitas sólo pensaba en comer, y hasta los mismos israelitas se pusieron a quejarse. Decían: '¿Quién nos dará carne para comer?' La Biblia Textual 3a Edicion Y la chusma° que iba en medio de ellos sintió otra vez un gran deseo, y los hijos de Israel también lloraron, y dijeron: ¡Quién nos diera a comer carne! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Una chusma que se habían mezclado con el pueblo sintió tan insaciable apetito que incluso los israelitas rompieron a lamentarse de nuevo y decían: '¡Quién nos diera a comer carne! Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y la multitud de raza mixta que había entre ellos tuvo un vivo deseo, y los hijos de Israel también volvieron a llorar y dijeron: ¡Quién nos diera a comer carne! |
Así que cuando oyeron la ley, excluyeron de Israel a todos los extranjeros.
manifestaron en el desierto sus ansias insaciables, pusieron a prueba a Dios en aquellas soledades;
Partió también con ellos una gran muchedumbre de gentes, y ovejas y bueyes en gran cantidad.
'He oído las murmuraciones de los israelitas. Diles: a la tarde comeréis carne, y a la mañana os saciaréis de pan; así conoceréis que yo soy el Señor, vuestro Dios'.
diciendo: '¡Ojalá hubiéramos muerto por mano del Señor en Egipto, cuando nos sentábamos junto a las ollas de carne y comíamos pan hasta saciarnos! Vosotros, en cambio, nos habéis traído a este desierto para hacer morir de hambre a toda esta muchedumbre'.
si decís: ¡No!, nos iremos a Egipto, donde no veamos más la guerra, ni oigamos el sonido de la trompeta, ni suframos más hambre, allí nos instalaremos,
Dirás al pueblo: Santificaos para mañana y comeréis carne, ya que os habéis quejado a los oídos del Señor, diciendo: ¡Quién nos diera carne para comer! ¡Estábamos mejor en Egipto! Pues bien, el Señor os dará carne para comer.
Entonces toda la comunidad empezó a gritar, el pueblo se pasó la noche llorando
que todos los que han visto mi gloria y los prodigios que he hecho en Egipto y en el desierto, los que me han puesto a prueba por diez veces y no me han obedecido,
¿No es bastante que nos hayas sacado de una tierra que mana leche y miel y nos hayas traído a este desierto de muerte, para que quieras todavía seguir tiranizándonos?
al contrario, revestíos de Jesucristo, el Señor, y no busquéis satisfacer los bajos instintos.
Todo esto sucedió para ejemplo nuestro, para que no codiciemos lo malo como lo codiciaron ellos.
No os dejéis engañar: 'Las malas compañías corrompen las buenas costumbres'.
En Taberá, en Masá y en Quibrot Hataavá provocasteis también la ira del Señor.