Romanos 13 - Biblia Martin Nieto1 Que cada uno se someta a las autoridades que están en el poder, porque no hay autoridad que no venga de Dios; y los que hay han sido puestos por Dios. 2 Así que el que se opone a la autoridad, se opone al orden puesto por Dios; y los que se oponen recibirán su propia condenación. 3 Los gobernantes no están para amedrentar a los que obran bien, sino a los que obran mal. ¿Quieres vivir sin miedo a la autoridad? Pórtate bien, y tendrás su aprobación; 4 pues la autoridad está al servicio de Dios para ayudarte a portarte bien. Pero si te portas mal, échate a temblar, porque no en vano la autoridad lleva la espada y está al servicio de Dios para castigar al delincuente. 5 Por lo cual es necesario que os sometáis no solamente por temor al castigo, sino más bien por un deber de conciencia. 6 También por esta razón pagáis los impuestos, porque los gobernantes están al servicio de Dios y se dedican a ese oficio. 7 Pagad a cada uno lo que le corresponda: contribuciones, impuestos, respeto, honores, lo que haya que darle. 8 No debáis nada a nadie; amaos unos a otros, pues el que ama al prójimo ha cumplido la ley. 9 Porque: No cometerás adulterio, no matarás, no robarás, no codiciarás y cualquier otro mandamiento, todo se reduce a esto: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. 10 El que ama no hace mal al prójimo; así que la plenitud de la ley es el amor. 11 Tened en cuenta en qué tiempos estamos: ya es hora de despertar del sueño, porque ahora está más cerca de nosotros la salvación que cuando abrazamos la fe. 12 La noche está avanzada y el día está cerca; por lo tanto, dejemos a un lado las obras de las tinieblas y revistámonos de las armas de la luz. 13 Comportémonos decentemente, como en pleno día; nada de comilonas ni borracheras, nada de lujuria ni desenfreno, nada de peleas ni envidias; 14 al contrario, revestíos de Jesucristo, el Señor, y no busquéis satisfacer los bajos instintos. |
Evaristo Martín Nieto©