Llanto y lamento habrá en tus puertas, y yacerás desolada en el polvo.
Miqueas 1:9 - Biblia Martin Nieto Porque su herida es incurable, hasta Judá ha llegado; ha herido hasta la capital de mi pueblo, hasta Jerusalén. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Porque su llaga es dolorosa, y llegó hasta Judá; llegó hasta la puerta de mi pueblo, hasta Jerusalén. Biblia Nueva Traducción Viviente Pues la herida de mi pueblo es demasiado profunda para sanar. Ha llegado hasta Judá, aun hasta las puertas de Jerusalén. Biblia Católica (Latinoamericana) porque las llagas de Samaria son incurables y han llegado hasta Judá, alcanzando la capital de mi pueblo, la misma Jerusalén. La Biblia Textual 3a Edicion Porque su llaga° es incurable, y ésta alcanzará también a Judá, Se propagará hasta la puerta de mi pueblo, En medio de Jerusalem. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Su llaga es incurable, se ha expandido hasta Judá, ha llegado hasta la puerta de mi pueblo, hasta Jerusalén. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Porque su llaga es dolorosa, que llegó hasta Judá; llegó hasta la puerta de mi pueblo, hasta Jerusalén. |
Llanto y lamento habrá en tus puertas, y yacerás desolada en el polvo.
El año catorce del rey Ezequías, Senaquerib, rey de Asiria, subió contra todas las ciudades fortificadas de Judá y las tomó todas.
Desde Laquis, el rey de Asiria envió hacia el rey Ezequías, en Jerusalén, al general, con gran fuerza militar. Se apostó éste cerca del canal de la alberca superior, junto al camino del Campo del Batanero.
¿Por qué mi dolor no tiene fin? ¿Por qué mi herida es incurable, indócil al remedio? ¿Vas a ser para mí como un arroyo engañador, de aguas caprichosas?
¡Sube a Galaad a buscar bálsamo, oh virgen, hija de Egipto! En vano multiplicarás los remedios. ¡Nada podrá curarte!
¿Cómo podrá esperar el bien la que habita en Marot? Porque ha llegado la desgracia de parte del Señor a las puertas de Jerusalén.
No hay remedio para tu herida, tu llaga es incurable; los que lo saben baten palmas por tu ruina; pues ¿sobre quién no descargó sin cesar tu crueldad?