Miqueas 1:12 - Biblia Martin Nieto

¹² ¿Cómo podrá esperar el bien la que habita en Marot? Porque ha llegado la desgracia de parte del Señor a las puertas de Jerusalén.

Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

¹² Porque los moradores de Marot anhelaron ansiosamente el bien; pues de parte de Jehová el mal había descendido hasta la puerta de Jerusalén.

Biblia Nueva Traducción Viviente

¹² El pueblo de Marot con ansias espera la ayuda. Sin embargo, solo le espera amargura, porque el juicio del Señor llega a las puertas de Jerusalén.

Biblia Católica (Latinoamericana)

¹² ¿Cómo podría ser feliz la que habita en Marot, cuando la desgracia que viene de Yavé golpea la puerta de Jerusalén?

La Biblia Textual 3a Edicion

¹² ¿Cómo espera el bien la que habita en Marot, Si de parte de YHVH ha bajado el mal hasta la puerta de Jerusalem?

Biblia Serafín de Ausejo 1975

¹² Ansiosamente esperan el bien los habitantes de Marot, cuando Yahveh ha hecho bajar la desdicha hasta la puerta de Jerusalén.

Miqueas 1:12 Tagairtí Cros

Job 30:26

Esperaba el bien y vino el mal, aguardaba la luz y he aquí la oscuridad.

Isaías 45:7

Yo formo la luz y creo las tinieblas; doy la dicha y produzco la desgracia; soy yo, el Señor, quien hace todo esto.

Jeremías 14:19

¿Has desechado del todo a Judá, sientes náuseas de Sión? ¿Por qué nos has herido sin esperanza de remedio? ¡Esperábamos paz, y nada bueno llega; el tiempo de curación, y he aquí el espanto!

Jeremías 8:15

Esperábamos la paz, y no ha llegado bien alguno; el tiempo de la curación, y he aquí el terror.

Amós 3:6

¿Sonará la trompeta en la ciudad sin que el pueblo se alarme? ¿Sucederá en la ciudad una desgracia sin que el Señor la haya causado?

Miqueas 1:9

Porque su herida es incurable, hasta Judá ha llegado; ha herido hasta la capital de mi pueblo, hasta Jerusalén.

Rut 1:20

Ella decía: 'No me llaméis Noemí; llamadme Mara, porque el todopoderoso me ha llenado de amargura.

1 Samuel 4:13

Cuando llegó, Elí estaba sentado en su silla, al lado de la puerta, a la expectativa, pues su corazón temía por el arca de Dios. El hombre entró en la ciudad para contarlo, y toda la ciudad comenzó a gritar.