A la hora de la ofrenda del sacrificio de Elías, se adelantó y dijo: '¡Señor, Dios de Abrahán, de Isaac y de Israel!, que se sepa hoy que tú eres Dios de Israel y yo tu siervo, y que por orden tuya he hecho todas estas cosas.
Mateo 22:32 - Biblia Martin Nieto Yo soy el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob? No es un Dios de muertos, sino de vivos'. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob? Dios no es Dios de muertos, sino de vivos. Biblia Nueva Traducción Viviente “Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob”. Por lo tanto, él es Dios de los que están vivos, no de los muertos. Biblia Católica (Latinoamericana) Yo soy el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob? Él no es un Dios de muertos, sino de vivos. La Biblia Textual 3a Edicion Yo soy el Dios de Abraham, y el Dios de Isaac, y el Dios de Jacob?° No es Dios de muertos, sino de vivos.° Biblia Serafín de Ausejo 1975 Yo soy el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob? Él no es Dios de muertos, sino de vivos'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Yo soy el Dios de Abraham, y el Dios de Isaac, y el Dios de Jacob? Dios no es Dios de muertos, sino de vivos. |
A la hora de la ofrenda del sacrificio de Elías, se adelantó y dijo: '¡Señor, Dios de Abrahán, de Isaac y de Israel!, que se sepa hoy que tú eres Dios de Israel y yo tu siervo, y que por orden tuya he hecho todas estas cosas.
Y añadió: 'Yo soy el Dios de tu padre, el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob'. Moisés se tapó la cara, porque temía ver a Dios.
Y acerca de la resurrección de los muertos, ¿no habéis leído lo que dijo Dios:
El Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros padres, glorificó a su Hijo Jesús, al que vosotros entregasteis y rechazasteis ante Pilato, el cual decidió ponerlo en libertad;
Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob. Moisés, tembloroso, no se atrevió a mirar.
Ellos, en cambio, aspiraban a una patria mejor, es decir, celeste. Por eso Dios no se avergüenza de ellos, de llamarse 'su Dios', porque les ha preparado una ciudad.