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1 Reyes 18:36 - Biblia Martin Nieto

36 A la hora de la ofrenda del sacrificio de Elías, se adelantó y dijo: '¡Señor, Dios de Abrahán, de Isaac y de Israel!, que se sepa hoy que tú eres Dios de Israel y yo tu siervo, y que por orden tuya he hecho todas estas cosas.

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Biblia Reina Valera 1960

36 Cuando llegó la hora de ofrecerse el holocausto, se acercó el profeta Elías y dijo: Jehová Dios de Abraham, de Isaac y de Israel, sea hoy manifiesto que tú eres Dios en Israel, y que yo soy tu siervo, y que por mandato tuyo he hecho todas estas cosas.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

36 A la hora que solía hacerse el sacrificio vespertino, el profeta Elías caminó hacia el altar y oró: «Oh Señor, Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, demuestra hoy que tú eres Dios en Israel y que yo soy tu siervo; demuestra que yo he hecho todo esto por orden tuya.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

36 En la hora en que se presenta la ofrenda de la tarde, Elías el profeta se adelantó y dijo: 'Yavé, Dios de Abrahán, de Isaac y de Israel, que sepan hoy que tú eres Dios de Israel, que yo soy tu servidor, y que en todo actúo según tu palabra.

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La Biblia Textual 3a Edicion

36 Cuando llegó la hora de presentar la ofrenda vegetal, sucedió que el profeta Elías se acercó, y dijo: ¡Oh YHVH, Dios de Abraham, de Isaac, y de Israel, sea hoy manifiesto que Tú eres ’Elohim en Israel, y que yo soy tu siervo, y que he hecho todas estas cosas por tu palabra!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

36 Llegado el tiempo de ofrecer la oblación, se acercó el profeta Elías y exclamó: '¡Yahveh, Dios de Abrahán, de Isaac y de Israel! Que se reconozca hoy que tú eres el Dios de Israel y yo tu siervo, y que por orden tuya he realizado todas estas cosas.

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1 Reyes 18:36
46 Tagairtí Cros  

Y aquella misma noche se le apareció el Señor y le dijo: 'Yo soy el Dios de tu padre Abrahán. No temas, porque yo estoy contigo. Te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia por amor de Abrahán, mi siervo'.


Arriba estaba el Señor, el cual dijo: 'Yo soy el Señor, el Dios de Abrahán, tu antepasado, y el Dios de Isaac. Yo te daré a ti y a tu descendencia la tierra en que descansas.


Que el Dios de Abrahán y el Dios de Najor -el Dios de sus padres- hagan valer el derecho entre nosotros'. Entonces Jacob juró por el Terror de Isaac, su padre.


Pues se dijo: 'Si Esaú alcanza el primer grupo y lo ataca, el otro que queda podrá salvarse'.


Dios continuó: 'Yo soy Dios, el Dios de tu padre. No temas bajar a Egipto, porque allí yo haré de ti un gran pueblo.


Que tu nombre sea siempre engrandecido; y que digan: El Señor todopoderoso es Dios de Israel. Y que la casa de tu siervo David sea estable en tu presencia,


Elías se presentó al pueblo y dijo: '¿Hasta cuándo andaréis cojeando de las dos piernas? Si el Señor es Dios, seguidle; y si lo es Baal, seguidle a él'. Pero el pueblo no respondió palabra.


Pasado el mediodía, continuaron en su paroxismo hasta la hora de la ofrenda del sacrificio. Pero no se oía voz alguna, ni nadie respondía ni hacía caso.


El agua corría en torno al altar, hasta que se llenó la zanja.


Respóndeme, Señor; respóndeme, y que sepa este pueblo que tú eres, Señor, el verdadero Dios, y así se convertirá de corazón'.


Un profeta se acercó a Ajab, rey de Israel, y dijo: 'Esto dice el Señor: ¿Ves toda esa inmensa multitud? Pues mira, yo la voy a poner hoy en tus manos para que sepas que yo soy el Señor'.


Entonces un hombre de Dios se llegó al rey de Israel, y le dijo: 'Esto dice el Señor: Ya que Siria ha dicho que el Señor es el Dios de las montañas y no el Dios de los valles, voy a entregar en tus manos a toda esa inmensa multitud, para que conozcáis que yo soy el Señor'.


Miqueas repuso: 'Si vuelves sano y salvo, el Señor no ha hablado por mi boca'.


escúchale tú en el cielo, lugar de tu morada, y haz todo lo que ese extranjero te haya pedido, para que todos los pueblos de la tierra conozcan tu nombre, te teman, como tu pueblo Israel, y reconozcan que tu nombre es invocado en este templo que he construido.


Elías le respondió: 'Si yo soy un hombre de Dios, que baje fuego del cielo y te devore a ti y a tus cincuenta'. Bajó fuego del cielo, y lo devoró a él y a sus cincuenta.


Entonces el ángel del Señor dijo a Elías, el tesbita: 'Anda al encuentro de los mensajeros del rey de Samaría y diles: ¿Es que no hay Dios en Israel, para que vayáis a consultar a Belcebú, dios de Ecrón?


Ellos le respondieron: 'Un hombre nos ha salido al encuentro y nos ha dicho: Volveos al rey y decidle: Esto dice el Señor: ¿Es que no hay Dios en Israel para que mandes a consultar a Belcebú, dios de Ecrón? Por eso, ya no te levantarás de la cama, sino que morirás sin remedio'.


Por tanto, Dios nuestro, sálvanos de sus manos, y sepan todos los reinos de la tierra que tú solo, Señor, eres Dios'.


Entonces el profeta Isaías invocó al Señor, el cual hizo retroceder a la sombra los diez grados en el cuadrante de Acaz.


Acto seguido regresó con toda su comitiva adonde el hombre de Dios, y en pie ante él, dijo: 'Reconozco que no hay otro dios en toda la tierra fuera del Dios de Israel. Y ahora, dígnate recibir un regalo de tu siervo'.


Cuando Eliseo, el hombre de Dios, se enteró de que el rey había rasgado sus vestiduras, le mandó a decir: '¿Por qué has rasgado tus vestiduras? Que venga a mí y sabrá que en Israel hay un profeta'.


Señor, Dios de Abrahán, Isaac e Israel, nuestros padres, conserva para siempre en tu pueblo estos sentimientos y disposiciones y orienta sus corazones hacia ti.


Con cartas de mano del rey y sus jefes, los correos recorrieron todo Israel y Judá proclamando la orden del rey: 'Israelitas, convertíos al Señor, Dios de Abrahán, de Isaac y de Israel, para que él vuelva a estar con todos los que habéis escapado de la mano de los reyes de Asiria.


que mi oración sea como incienso en tu presencia, y mis manos alzadas, la ofrenda de la tarde.


queden avergonzados y aterrados para siempre y perezcan con un final ignominioso,


Y añadió: 'Yo soy el Dios de tu padre, el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob'. Moisés se tapó la cara, porque temía ver a Dios.


'Esto es para que crean que se te ha aparecido el Señor, Dios de tus padres, Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob'.


Pero ahora, Señor, Dios nuestro, líbranos de sus manos, a fin de que todos los reinos de la tierra sepan que tú eres el único Dios'.


Santificaré mi gran nombre, profanado entre las naciones, deshonrado por vosotros en medio de ellas, y sabrán las naciones que yo soy el Señor, dice el Señor Dios, cuando me glorifique en vosotros a la vista de ellos.


Manifestaré mi santo nombre en medio de mi pueblo Israel, no permitiré que vuelva a ser profanado mi santo nombre y sabrán las naciones que yo soy el Señor, el Santo de Israel.


Y desde el tiempo en que sea cesado el sacrificio cotidiano y sea sustituido por el sacrilegio horrible pasarán mil doscientos noventa días.


Oí entonces a un santo que hablaba y a otro santo que preguntaba al que estaba hablando: ¿Hasta cuándo durará lo que anuncia la visión: el sacrificio cotidiano, la perversidad desoladora, el santuario y las milicias pisoteados?


aún tenía en los labios las palabras de mi oración, cuando Gabriel, aquel personaje que había visto anteriormente en visión, volando raudo, se acercó a mí, hacia la hora de la ofrenda de la tarde,


Yo soy el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob? No es un Dios de muertos, sino de vivos'.


Yo bien sabía que siempre me escuchas; pero lo he dicho por la gente que me rodea, para que crean que tú me has enviado'.


Cornelio respondió: 'Hace cuatro días, justamente a esta misma hora, las tres de la tarde, estaba yo orando en mi casa, cuando se presentó delante de mí un hombre con un vestido resplandeciente,


Pedro y Juan iban un día al templo a la hora de la oración, a las tres de la tarde.


para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, os conceda espíritu de sabiduría que os revele un conocimiento profundo de él;


Por estas razones doblo mis rodillas ante el Padre,


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