Bíobla ar líne

Fógraí


An Bíobla ar fad Sean-Tiomna Tiomna Nua




Mateo 10:10 - Biblia Martin Nieto

ni alforja para el camino, ni dos túnicas, ni calzados, ni bastón, porque el obrero merece su salario.

Féach an chaibidil
Taispeáin Interlinear Bible

Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

ni de alforja para el camino, ni de dos túnicas, ni de calzado, ni de bordón; porque el obrero es digno de su alimento.

Féach an chaibidil

Biblia Nueva Traducción Viviente

No lleven bolso de viaje con una muda de ropa ni con sandalias, ni siquiera lleven un bastón. No duden en aceptar la hospitalidad, porque los que trabajan merecen que se les dé alimento.

Féach an chaibidil

Biblia Católica (Latinoamericana)

Nada de provisiones para el viaje, o vestidos de repuesto; no lleven bastón ni sandalias, porque el que trabaja se merece el alimento.

Féach an chaibidil

La Biblia Textual 3a Edicion

ni de alforja para el camino ni de dos túnicas, ni de sandalias ni de bordón, porque digno es el obrero de su alimento.°

Féach an chaibidil

Biblia Serafín de Ausejo 1975

ni alforja para el camino, ni dos túnicas, ni sandalias, ni bastón; que el obrero merece su sustento.

Féach an chaibidil

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

ni alforja para el camino, ni dos túnicas, ni calzado, ni bordón; porque el obrero digno es de su alimento.

Féach an chaibidil
Aistriúcháin eile



Mateo 10:10
12 Tagairtí Cros  

Lo podréis comer en cualquier lugar, vosotros y los vuestros: es el salario por vuestro servicio en la tienda de la reunión.


Cuando entréis en una ciudad, informaos de quién hay allí digno de confianza, y quedaos en su casa hasta que os vayáis de allí.


Les ordenó que, aparte de un bastón, no llevasen nada para el camino: ni pan, ni alforja, ni dinero en la faja;


Y él contestaba: 'El que tenga dos túnicas reparta con el que no tiene ninguna, y el que tiene alimentos que haga igual'.


Les dijo: 'No llevéis nada para el camino: ni bastón, ni alforja, ni pan, ni dinero, ni dos túnicas.


Cuando vengas, tráeme el capote que me dejé en Tróade, en casa de Carpo; tráeme también los libros, sobre todo los pergaminos.


David tomó su cayado, escogió en el torrente cinco piedras bien lisas y las metió en su zurrón de pastor; tomó la honda y avanzó hacia el filisteo.


Saúl respondió al mozo: 'Si, vamos allá, ¿qué llevaremos a ese hombre? Ya no hay pan en nuestros sacos y no tenemos nada que ofrecer al hombre de Dios. ¿Qué le daremos?'.