Proclamaré el decreto que el Señor ha pronunciado: 'Tú eres mi hijo, yo mismo te he engendrado hoy.
Marcos 1:11 - Biblia Martin Nieto y se oyó una voz del cielo: 'Tú eres mi hijo amado, mi predilecto'. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y vino una voz de los cielos que decía: Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia. Biblia Nueva Traducción Viviente Y una voz dijo desde el cielo: «Tú eres mi Hijo muy amado y me das gran gozo». Biblia Católica (Latinoamericana) mientras se escuchaban estas palabras del Cielo: 'Tú eres mi Hijo, el Amado, mi Elegido. La Biblia Textual 3a Edicion Y vino una voz de los cielos: Tú eres mi Hijo amado; en ti hallo mi complacencia.° Biblia Serafín de Ausejo 1975 Y [vino] una voz de los cielos: Tú eres mi Hijo amado; en ti me complazco. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y vino una voz del cielo que decía: Tú eres mi Hijo amado, en ti tengo contentamiento. |
Proclamaré el decreto que el Señor ha pronunciado: 'Tú eres mi hijo, yo mismo te he engendrado hoy.
Aquí está mi siervo a quien protejo; mi elegido, en quien mi alma se complace. He puesto en él mi espíritu, para que traiga la justicia a las naciones.
Éste es mi siervo, mi elegido, mi amado, la alegría de mi alma; pondré mi espíritu sobre él para que anuncie la justicia a las naciones.
Aún estaba hablando, cuando una nube luminosa los cubrió, y una voz desde la nube dijo: 'Éste es mi hijo amado, mi predilecto, escuchadlo'.
En el momento en que salía del agua, vio los cielos abiertos y al Espíritu Santo como una paloma bajando sobre él,
Una nube los cubrió con su sombra; y desde la nube se oyó una voz: 'Éste es mi hijo amado. Escuchadlo'.
descendió el Espíritu Santo sobre él en forma corporal, como una paloma, y se oyó una voz del cielo: 'Tú eres mi hijo amado, mi predilecto'.
Y una voz desde la nube dijo: 'Éste es mi hijo, el elegido, escuchadlo'.
'Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su hijo único, para que quien crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna.
El Padre que me envió ha dado también testimonio de mí. No habéis oído jamás su voz, ni habéis visto su rostro,
constituido Hijo de Dios en poder según el Espíritu de santificación por su resurrección de la muerte) Jesucristo, nuestro Señor,
que nos rescató del poder de las tinieblas y nos transportó al reino de su Hijo querido,