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Lucas 1:6 - Biblia Martin Nieto

Ambos eran justos ante Dios, pues guardaban irreprochablemente todos los mandamientos y preceptos del Señor.

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Biblia Reina Valera 1960

Ambos eran justos delante de Dios, y andaban irreprensibles en todos los mandamientos y ordenanzas del Señor.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Zacarías y Elisabet eran justos a los ojos de Dios y cuidadosos en obedecer todos los mandamientos y las ordenanzas del Señor.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Ambos eran personas muy cumplidoras a los ojos de Dios y se esmeraban en practicar todos los mandamientos y leyes del Señor.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Ambos eran justos delante de Dios, conduciéndose irreprochablemente en todos los mandamientos y ordenanzas del Señor.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Ambos eran realmente rectos ante Dios y llevaban una conducta intachable en conformidad con todos los mandamientos y órdenes del Señor.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y ambos eran justos delante de Dios, andando irreprensibles en todos los mandamientos y ordenanzas del Señor.

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Lucas 1:6
33 Tagairtí Cros  

Abrán tenía noventa y nueve años cuando se le apareció el Señor y le dijo: 'Yo soy Dios todopoderoso; procede según mi voluntad y sé perfecto.


Ésta es la historia de Noé: Noé era un hombre justo, íntegro, y entre sus compañeros seguía los caminos de Dios.


El Señor dijo a Noé: 'Entra en el arca tú con toda tu familia, porque tú eres el único hombre justo que he encontrado en esta generación.


pues David había hecho lo que es recto a los ojos del Señor y no se había apartado durante toda su vida en nada de todo lo que el Señor le había mandado, excepto el caso de Urías, el hitita.


En cuanto a ti, si andas en mi presencia, como anduvo tu padre David, con pureza y rectitud de corazón; si cumples todo lo que yo te mande y si guardas mis leyes y mandamientos,


'¡Ay, Señor! Acuérdate de que me he conducido en tu servicio con fidelidad y de todo corazón, y he hecho lo que es justo a tus ojos'. Y Ezequías rompió a llorar amargamente.


sino que buscó al Dios de su padre y vivió según sus preceptos, sin imitar para nada la conducta de Israel.


Había en el país de Hus un hombre llamado Job, hombre perfecto, íntegro, temeroso de Dios y apartado del mal.


Y el Señor dijo a Satán: '¿Has reparado en mi siervo Job? No hay nadie en la tierra como él, hombre recto, íntegro, temeroso de Dios y apartado del mal'.


En verdad, bien sé yo que es así; ¿cómo frente a Dios puede tener razón el hombre?


entonces no tendré vergüenza alguna en mirar a todos tus mandamientos.


No tenían hijos, porque Isabel era estéril y los dos de avanzada edad.


Y les dijo: 'Vosotros presumís de justos delante de los hombres, pero Dios conoce vuestros corazones; porque lo que se estima tanto entre los hombres, no tiene valor alguno ante Dios.


Había entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, justo y piadoso, que esperaba la liberación de Israel: El Espíritu Santo estaba en él,


Porque David dice de él: Veía siempre al Señor en mi presencia, lo tengo a mi derecha, y así nunca tropiezo.


Pablo, mirando fijamente al tribunal, dijo: 'Hermanos, yo me he comportado con buena conciencia ante Dios hasta el día de hoy'.


Por tanto, yo me esfuerzo por tener una conciencia intachable para con Dios y para con los hombres.


No tienes parte ni herencia en esto, porque tu corazón no es recto delante de Dios.


Así nosotros, que vivimos conforme al Espíritu y no conforme a los bajos instintos, podemos practicar la justicia que ordena la ley.


Os felicito porque os acordáis siempre de mí y conserváis las tradiciones tal como os las transmití.


Nos sentimos orgullosos de que nuestra conciencia nos asegure que nos hemos comportado con todo el mundo, y especialmente con vosotros, con la sencillez y la sinceridad que Dios da, y no por la sabiduría humana, sino por la gracia de Dios.


Seguid en todo el camino que os ha mandado el Señor, vuestro Dios; de esta manera viviréis y seréis felices y serán largos vuestros días en la tierra que vais a poseer.


a fin de que seáis irreprochables y sin malicia, hijos de Dios irreprensibles en medio de esta generación perversa y descarriada, en medio de la cual brilláis como astros en el universo,


ahora, en fin, os ha reconciliado completamente por la muerte de su cuerpo mortal, para presentaros limpios, inmaculados e irreprensibles ante su presencia,


Que él fortalezca vuestros corazones en una santidad sin tacha ante Dios, nuestro Padre, para cuando venga Jesús, nuestro Señor, con todos los suyos.


Por lo cual, queridos hermanos, en espera de todas estas cosas, esforzaos por encontraros sin mancha, sin culpa y en paz en presencia del Señor.


Si sabéis que él es justo, reconoced también que el que practica la justicia ha nacido de él.


Sabemos que le conocemos en que guardamos sus mandamientos.


Hijos míos, que no os engañe nadie. El que practica la justicia es justo como él es justo;