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Levítico 8:35 - Biblia Martin Nieto

Permaneceréis siete días y siete noches a la entrada de la tienda de la reunión. Cumplid la orden del Señor, y no moriréis. Ésta es la orden que yo he recibido'.

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Biblia Reina Valera 1960

A la puerta, pues, del tabernáculo de reunión estaréis día y noche por siete días, y guardaréis la ordenanza delante de Jehová, para que no muráis; porque así me ha sido mandado.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Ahora permanezcan a la entrada del tabernáculo día y noche durante siete días y hagan todo lo que el Señor exige. Si no lo hacen, morirán, porque esto es lo que el Señor ha ordenado».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Ustedes quedarán día y noche a la entrada de la Tienda de las Citas durante siete días. Ustedes deberán observar estas normas no sea que mueran, pues él mismo lo ordenó así.

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La Biblia Textual 3a Edicion

En la entrada de la Tienda de Reunión permaneceréis día y noche por siete días, vigilando la ordenanza de YHVH para que no muráis, pues así me fue ordenado.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Permaneceréis siete días, día y noche, a la entrada de la tienda del encuentro, y guardaréis lo que ha mandado Yahveh, para que no muráis, porque así me ha sido ordenado'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

A la puerta, pues, del tabernáculo de la congregación estaréis día y noche por siete días, y guardaréis la ordenanza delante de Jehová, para que no muráis; porque así me ha sido mandado.

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Levítico 8:35
24 Tagairtí Cros  

Observa los preceptos del Señor, tu Dios, caminando por sus sendas, guardando sus mandamientos, sus preceptos, sus decretos y normas, según está escrito en la ley de Moisés, a fin de que tengas éxito en cuanto hagas y emprendas,


Así has de cumplir todo cuanto te he mandado respecto a Aarón y a sus hijos. Los consagrarás durante siete días,


Durante siete días ofrecerás diariamente un macho cabrío en sacrificio por el pecado, y un novillo y un carnero del ganado sin defectos.


Esta parte pertenecerá sólo a los sacerdotes consagrados, pertenecientes a la estirpe de Sadoc, los cuales permanecieron fieles a mi servicio y no se descarriaron al descarriarse los israelitas, como se descarriaron los levitas.


Los hijos de Aarón, Nadab y Abihú, tomaron cada uno su incensario, pusieron fuego en él, echaron encima el incienso y ofrecieron ante el Señor un fuego profano que él no les había ordenado.


El leproso así purificado lavará sus vestidos, se cortará todo el pelo, se bañará con agua y será puro. Después entrará de nuevo en el campamento, pero tardará siete días en entrar en su tienda.


Finalmente, Moisés tomó el óleo de la unción y sangre de la que había sobre el altar, y roció a Aarón y sus vestiduras, a los hijos de Aarón y sus vestiduras, y así los consagró.


El Señor ha ordenado que, al hacer sobre vosotros el rito de absolución, hagáis lo que se ha hecho hoy.


Aarón y sus hijos cumplieron todo lo que el Señor había ordenado a Moisés.


Se purificará con estas aguas el tercero y séptimo día, y será puro; pero si no se purifica el tercero y séptimo día, no será puro.


Estarán a su servicio y al servicio de toda la comunidad, delante de la tienda de la reunión, y se encargarán del servicio de la tienda.


Cuando la nube permanecía posada sobre la tienda muchos días, los israelitas rendían su servicio al Señor y no levantaban el campamento;


Hermanos míos, ya que tenemos estas promesas, purifiquémonos de todo lo que mancha el cuerpo o el espíritu, perfeccionando nuestra consagración en el temor de Dios.


Ama al Señor, tu Dios, y cumple siempre lo que te ha ordenado: sus leyes, sus preceptos, sus mandamientos.


Ésta es la recomendación que te hago, Timoteo, hijo mío, en conformidad con los augurios que anteriormente se hicieron sobre ti: apoyado en ellos libra el buen combate,


Yo te conjuro ante Dios, ante Cristo Jesús y ante los ángeles elegidos, que observes estas cosas imparcialmente, sin dejarte llevar de favoritismos.


Delante de Dios, que da vida a todas las cosas, y de Cristo Jesús, que dio testimonio de la verdad ante Poncio Pilato, te pido


A los ricos de este mundo recomiéndales que no sean orgullosos y que no pongan su esperanza en las riquezas caducas, sino en Dios, que nos provee abundantemente de todas las cosas para que disfrutemos de ellas;


Timoteo, guarda el depósito de la fe que te ha sido confiado. No hagas caso de la estéril y mundana palabrería ni de las contradicciones de una falsa ciencia.


Yo te conjuro ante Dios y ante Jesucristo, que ha de venir como rey a juzgar a los vivos y a los muertos:


La ley, en efecto, constituye sumos sacerdotes a hombres débiles; pero la palabra del juramento posterior a la ley constituye sacerdote al Hijo, hecho perfecto para siempre.