No queda más que doblegarse entre los prisioneros o sucumbir con los muertos. Y con todo no ha amainado su cólera, su brazo aún está extendido.
Levítico 26:37 - Biblia Martin Nieto Tropezarán y caerán unos sobre otros, como cuando se huye delante de la espada, sin que sean en realidad perseguidos. No podréis resistir ante vuestros enemigos, Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Tropezarán los unos con los otros como si huyeran ante la espada, aunque nadie los persiga; y no podréis resistir delante de vuestros enemigos. Biblia Nueva Traducción Viviente Aunque nadie vaya tras de ustedes, tropezarán unos con otros, como si huyeran de una espada. No tendrán fuerza para hacerles frente a sus enemigos. Biblia Católica (Latinoamericana) Se atropellarán unos a otros como delante de la espada, aunque nadie los persiga. No se podrán tener en pie ante el enemigo. La Biblia Textual 3a Edicion Cada cual tropezará con su hermano, como huyendo ante la espada, sin que nadie los persiga, y no podréis oponer resistencia delante de vuestros enemigos. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Tropezarán los unos con los otros, como si huyeran de la espada, aunque nadie los persiga, y no podréis resistir a vuestros enemigos. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y tropezarán los unos en los otros, como si huyeran delante de la espada, aunque nadie los persiga; y no podréis resistir delante de vuestros enemigos. |
No queda más que doblegarse entre los prisioneros o sucumbir con los muertos. Y con todo no ha amainado su cólera, su brazo aún está extendido.
Aunque derrotarais al ejército entero de los caldeos que combaten contra vosotros y no quedasen entre ellos más que unos pocos malheridos, saldrían éstos uno a uno de su tienda y prenderían fuego a esta ciudad'.
ha vacilado y ya está en tierra! Unos a otros se dicen: '¡En pie! Volvamos a nuestro pueblo, a nuestra patria, lejos de la espada que devora'.
Por eso, esto dice el Señor: 'Voy a poner ante este pueblo obstáculos en los que tropiecen. Padres e hijos a una, vecinos y amigos perecerán'.
Me volveré contra vosotros, y seréis vencidos por vuestros enemigos; éstos os dominarán, y huiréis aunque nadie os persiga.
rumor de caballería que avanza, espadas que flamean, lanzas fulgurantes, multitud de heridos, montones de muertos, cadáveres sin cuento en los que al andar se tropieza:
No subáis, pues el Señor no os acompaña y seríais derrotados por vuestros enemigos.
Entonces se encendió contra Israel la ira del Señor; los entregó en manos de salteadores, que los saquearon, y los vendió a sus enemigos de alrededor, a los que no fueron capaces de oponer resistencia.
Mientras los trescientos tocaban las trompetas, el Señor hizo que cada uno volviese la espada contra su compañero. Todos huyeron hasta Bet Hassitá, hacia Serera, hasta la ribera de Abel Mejolá, frente por frente de Tabat.
Los filisteos se pusieron en orden de batalla. El combate fue duro, e Israel fue derrotado por los filisteos; cayeron en el campo de batalla cerca de cuarenta mil hombres.