Levítico 14:6 - Biblia Martin Nieto Tomará luego el ave viva, el cedro, la cinta de lana escarlata y el hisopo (incluida el ave viva) y los mojará en la sangre del ave degollada sobre el agua corriente. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Después tomará la avecilla viva, el cedro, la grana y el hisopo, y los mojará con la avecilla viva en la sangre de la avecilla muerta sobre las aguas corrientes; Biblia Nueva Traducción Viviente Tomará el ave viva, el palo de cedro, el hilo escarlata y la rama de hisopo, y los mojará en la sangre del ave muerta sobre el agua fresca. Biblia Católica (Latinoamericana) Tomará luego el pájaro vivo, la madera de cedro, la escarlata y el hisopo, y los mojará, incluso el pájaro vivo, en la sangre del pájaro inmolado sobre el agua fresca. La Biblia Textual 3a Edicion Tomará la avecilla viva, con el palo de cedro, la púrpura y el hisopo, y los sumergirá con la avecilla viva en la sangre de la avecilla degollada, sobre las aguas vivas, Biblia Serafín de Ausejo 1975 Tomará a continuación el ave viva, la madera de cedro, la púrpura escarlata y el hisopo, lo mojará todo, incluida el ave viva, en la sangre del ave degollada sobre el agua corriente, Biblia Reina Valera Gómez (2023) En cuanto a la avecilla viva, la tomará con el palo de cedro, la grana y el hisopo, y los mojará con la avecilla viva en la sangre de la avecilla muerta sobre las aguas corrientes; |
mandará traer para el que se va a purificar dos aves puras y vivas, madera de cedro, una cinta de lana escarlata y un hisopo.
El sacerdote mandará degollar una de las aves sobre una vasija de tierra cocida llena de agua corriente.
Inmolará una de las aves en una vasija de tierra cocida llena de agua corriente.
En aquel día brotará un manantial para la casa de David y los habitantes de Jerusalén, para lavar los pecados e impurezas.
Dentro de poco el mundo no me verá más; pero vosotros me veréis, porque yo vivo y vosotros también viviréis.
el cual fue entregado por nuestros pecados y resucitado para nuestra justificación.
Porque si, siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por medio de la muerte de su Hijo, mucho más, una vez reconciliados, seremos salvados por su vida.
Él, que es el resplandor de su gloria y la impronta de su ser, sostiene todas las cosas con su palabra poderosa, y, una vez que realizó la purificación de los pecados, se sentó a la derecha de la Majestad en lo más alto del cielo,
estuve muerto, pero ya estoy vivo por los siglos de los siglos; y tengo las llaves de la muerte y del abismo.
y de parte de Jesucristo, el testigo fiel, el primogénito de entre los muertos y el rey de los reyes de la tierra. A aquel que nos ama y nos ha lavado de nuestros pecados con su propia sangre,