Poned ante él dos hombres perversos que atestigüen contra él así: Ha maldecido a Dios y al rey. Sacadle luego fuera, y matadle a pedradas'.
Jueces 19:22 - Biblia Martin Nieto Cuando más contentos estaban, unos hombres pervertidos de la ciudad empezaron a dar golpes a la puerta y a decir al anciano dueño de la casa: 'Sácanos al hombre que ha entrado en tu casa para que abusemos de él'. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Pero cuando estaban gozosos, he aquí que los hombres de aquella ciudad, hombres perversos, rodearon la casa, golpeando a la puerta; y hablaron al anciano, dueño de la casa, diciendo: Saca al hombre que ha entrado en tu casa, para que lo conozcamos. Biblia Nueva Traducción Viviente Mientras disfrutaban el momento, un grupo de alborotadores de la ciudad rodeó la casa. Comenzaron a golpear la puerta y a gritarle al anciano: —Saca al hombre que se hospeda contigo para que podamos tener sexo con él. Biblia Católica (Latinoamericana) Todo parecía ir muy bien hasta que los hombres de la ciudad, verdaderos depravados, rodearon la casa y golpearon la puerta. Le dijeron al anciano, dueño de la casa: 'Di a ese hombre que está en tu casa que salga para que abusemos de él'. La Biblia Textual 3a Edicion Estaban alegrando sus corazones, cuando he aquí unos hombres de aquella ciudad, hijos de Belial,° rodeando la casa, se agolparon en la puerta y hablaron al anciano dueño de la casa, diciendo: ¡Tráenos al hombre que entró a tu casa, para que lo conozcamos!° Biblia Serafín de Ausejo 1975 Mientras estaban reconfortando su corazón, unos hombres, hijos de Belial, rodearon la casa y, golpeando la puerta, decían al anciano, dueño de la casa: 'Saca al hombre que entró en tu casa, para que lo conozcamos'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y cuando estaban gozosos, he aquí, que los hombres de aquella ciudad, hombres hijos de Belial, rodearon la casa, golpeando las puertas, y diciendo al hombre viejo dueño de la casa: Saca al hombre que ha entrado en tu casa, para que lo conozcamos. |
Poned ante él dos hombres perversos que atestigüen contra él así: Ha maldecido a Dios y al rey. Sacadle luego fuera, y matadle a pedradas'.
Tu hermana mayor es Samaría, que, junto con sus hijas, habita a tu izquierda, y tu hermana menor es Sodoma, que, junto con sus hijas, habita a tu derecha.
Desde los días de Guibeá has pecado, Israel. ¡No han cambiado! ¿No alcanzará la guerra en Guibeá a estos malvados?
Están profundamente corrompidos, como en los días de Guibeá; pero el Señor recordará su crimen y castigará sus pecados.
¿Es que no sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No os engañéis; ni los lujuriosos, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los invertidos,
¿Qué armonía hay entre Cristo y Belial, o qué parte tiene el fiel con el pagano?
Si oyes decir que en una de las ciudades que el Señor te ha dado para habitar en ellas,
como a Sodoma y Gomorra y las ciudades circunvecinas, que, al igual que aquéllas, se dedicaron a la lujuria y la homosexualidad y quedaron como ejemplo, sujetas a la pena del fuego eterno.
En medio de su alegría, dijeron: 'Que traigan a Sansón para que nos divierta'. Lo sacaron de la cárcel y se divirtieron con él. Lo habían puesto entre las columnas.
Los de Guibeá durante la noche rodearon la casa donde yo estaba con idea de matarme, y de tal manera abusaron de mi concubina que murió.
Yo descuarticé en trozos su cadáver, los mandé por todo el territorio para que todo Israel se enterara del crimen tan cruel.
No tomes a tu sierva por una mujer perversa, porque no he hecho hasta ahora más que exponer la magnitud de mi dolor y amargura'.
Pero unos malvados dijeron: '¿Y éste es el que nos va a salvar?'. Lo despreciaron y no le rindieron honores. Mas Saúl ni se dio por enterado.
No haga caso mi señor de este hombre insensato, de Nabal, porque hace honor a su nombre. Se llama Nabal, y verdaderamente es un insensato. Tu sierva no vio a los jóvenes que mi señor envió.