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Jueces 16:24 - Biblia Martin Nieto

El pueblo, al verlo, alababa a su dios, gritando: 'Nuestro dios ha puesto en nuestras manos a Sansón, nuestro enemigo, que asolaba nuestros campos y mató a tantos de los nuestros'.

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Biblia Reina Valera 1960

Y viéndolo el pueblo, alabaron a su dios, diciendo: Nuestro dios entregó en nuestras manos a nuestro enemigo, y al destruidor de nuestra tierra, el cual había dado muerte a muchos de nosotros.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Cuando el pueblo vio a Sansón, también alabó a su dios diciendo: «¡Nuestro dios nos ha entregado a nuestro enemigo! ¡El que mató a tantos de nosotros ahora está en nuestro poder!».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

La gente del pueblo lo vio y alababan a su dios diciendo: 'Nuestro dios puso en nuestras manos a nuestro enemigo, que desolaba el país y dejaba tantos muertos entre nosotros'.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y cuando lo vio el pueblo, alabó a su dios, porque decían: ¡Nuestro dios ha entregado en nuestra mano A nuestro enemigo, Al que devastaba nuestro territorio, Y multiplicaba nuestras víctimas!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Y al verlo el pueblo, alababa a su dios, diciendo: 'Nuestro dios ha entregado en nuestras manos a nuestro enemigo, al que devastaba nuestro país y multiplicaba nuestros muertos'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y viéndolo el pueblo, loaron a su dios, diciendo: Nuestro dios entregó en nuestras manos a nuestro enemigo, y al destruidor de nuestra tierra, el cual había dado muerte a muchos de nosotros.

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Jueces 16:24
14 Tagairtí Cros  

Les despojaron de sus armas, les cortaron la cabeza e hicieron publicar la buena nueva por todo el país de los filisteos, a los cuatro vientos, a sus ídolos y al pueblo.


Que se avergüencen los que adoran a los ídolos, los que se glorían de vanidades. Que todas las divinidades se postren ante él.


Pero ahora, Señor, Dios nuestro, líbranos de sus manos, a fin de que todos los reinos de la tierra sepan que tú eres el único Dios'.


Sin embargo, cambié otra vez de propósito en honor a mi nombre para que no fuese vilipendiado ante las gentes, en cuya presencia los había hecho salir.


más aún, te has levantado contra el Señor del cielo: has mandado traer las copas de su templo, y tú, tus dignatarios, tus mujeres y tus concubinas habéis bebido vino en ellas. Has celebrado a los dioses de oro y plata, de bronce, hierro, madera y piedra, que no ven, ni oyen, ni entienden, pero no has glorificado al Dios que tiene en sus manos tu propio aliento y todos tus caminos.


Bebían vino y celebraban a sus dioses de oro y plata, de bronce, hierro, madera y piedra.


Por eso ofrece sacrificios a su red e incienso a su copo: porque gracias a ellos su pesca es abundante, y suculenta su comida.


pero pensé en la arrogancia / de los enemigos, / en la falsa interpretación / que ellos harían: / Ha sido nuestra mano poderosa, / y no el Señor, / la que hizo todo esto.


Los habitantes de la tierra se alegrarán de esto y harán fiesta de tal modo que se intercambiarán regalos, porque estos dos profetas eran su tormento.


Cuando llegó a Lejí, los filisteos corrieron a su encuentro. Entonces el espíritu del Señor se apoderó de él; las sogas con que estaba atado fueron como hilos de lino quemados por el fuego y las ataduras de sus brazos se deshicieron.


Sansón dijo: 'Con la quijada de asno los he zurrado bien; con la quijada de asno he matado a mil hombres'.


Y les dio tal paliza que no les dejó hueso sano. Después se fue a vivir a la roca de Etán.


En medio de su alegría, dijeron: 'Que traigan a Sansón para que nos divierta'. Lo sacaron de la cárcel y se divirtieron con él. Lo habían puesto entre las columnas.


Les cortaron la cabeza, les despojaron de sus armas e hicieron publicar la buena nueva por todo el país de los filisteos, a los cuatro vientos, a sus ídolos y al pueblo.