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Jueces 11:3 - Biblia Martin Nieto

Jefté se fue lejos de sus hermanos y se estableció en el país de Tob. Se juntó con él una pandilla de bandoleros, que hacían incursiones bajo su mando.

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Biblia Reina Valera 1960

Huyó, pues, Jefté de sus hermanos, y habitó en tierra de Tob; y se juntaron con él hombres ociosos, los cuales salían con él.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Así que Jefté huyó de sus hermanos y vivió en la tierra de Tob. En poco tiempo, tuvo una banda de rebeldes despreciables que lo seguían.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Jefté se alejó entonces de sus hermanos y se instaló en el territorio de Tob. Se le juntaron aventureros que hacían incursiones con él.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Huyó pues Jefté de la presencia de sus hermanos, y habitó en tierra de Tob. Y se agruparon alrededor de Jefté hombres ociosos que lo acompañaban en sus correrías.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Jefté marchó lejos de sus hermanos y estableció su residencia en la región de Tob. Se le unieron algunos maleantes, que hacían incursiones con él.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Huyendo, pues, Jefté a causa de sus hermanos, habitó en tierra de Tob; y se juntaron con él hombres ociosos, los cuales con él salían.

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Jueces 11:3
9 Tagairtí Cros  

Los amonitas se dieron cuenta de que se habían hecho odiosos a David, y enviaron mensajeros para contratar como mercenarios a los sirios de Bet Rejob y de Sobá, veinte mil soldados de infantería, del rey de Maacá, mil hombres, y de Tob, doce mil.


Los amonitas salieron y se pusieron en orden de batalla a la entrada de la ciudad, mientras que los sirios de Sobá y de Rejob y los hombres de Tob y de Maacá estaban en el campo.


Los judíos, llevados por la envidia, echaron mano de unos gamberros, que provocaron tumultos y alborotaron la ciudad. Se presentaron ante la casa de Jasón para llevarlos ante la plebe;


La mujer de Galaad le dio también otros hijos; y cuando crecieron, éstos echaron a Jefté y le dijeron: 'Tú no tendrás parte en la herencia de nuestro padre, porque eres hijo de una mujer extraña'.


Y le dieron setenta monedas de plata del templo de Baal Berit. Con ellas Abimelec pagó el sueldo a mercenarios y aventureros que le siguieron.


Se unieron a él todos los oprimidos, todos los que tenían deudas y todos los descontentos; David se hizo su jefe; llegaron a ser unos cuatrocientos hombres.


David se puso en marcha y se pasó, con los seiscientos hombres que tenía, a Aquís, hijo de Maoc, rey de Gat.