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Jeremías 50:3 - Biblia Martin Nieto

Pues desde el norte avanza contra ella un pueblo que convertirá en un desierto su tierra, y nadie más habitará allí; hombres y bestias huyen, desaparecen.

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Biblia Reina Valera 1960

Porque subió contra ella una nación del norte, la cual pondrá su tierra en asolamiento, y no habrá ni hombre ni animal que en ella more; huyeron, y se fueron.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Pues una nación la atacará desde el norte y traerá tal destrucción que nadie volverá a vivir allí. Desaparecerá todo; huirán tanto las personas como los animales.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Un pueblo del norte la ha atacado ya ha hecho de su tierra un desierto. Nadie en adelante, hombre o animal, vivirá en ella.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Porque desde el Norte se abalanzó contra ella una nación que convertirá su tierra en una desolación, de modo que no habrá quien habite en ella, porque hombres y bestias huirán en desbandada.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Porque sube del norte una nación contra ella que hará de su país un desierto, y no quedará en ella un habitante. Tanto los hombres como los animales huyeron, emigraron.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Porque una nación del norte subirá contra ella, la cual pondrá su tierra en asolamiento, y no habrá ni hombre ni animal que en ella more; tanto hombres como animales se irán.

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Jeremías 50:3
22 Tagairtí Cros  

dijo: 'Exterminaré de la superficie de la tierra al hombre que he creado, hombres y animales, reptiles y aves del cielo, todo lo exterminaré, pues me pesa haberlos hecho'.


Esa noche pasaré yo por el territorio de Egipto y mataré a todos los primogénitos de Egipto, tanto de los hombres como de los animales. Haré justicia de todos los dioses de Egipto. ¡Yo, el Señor!


Yo lo he suscitado del norte y ya viene, del sol levante lo he llamado por su nombre; ha pisoteado como barro a los sátrapas, como un alfarero pisa la arcilla.


Esto dice el Señor a Ciro, su ungido, a quien yo tomé de la mano para someter a las naciones y desatar las cinturas de los reyes; para abrir puertas ante él sin dejar que se cierren:


Heriré a los habitantes de esta ciudad, hombres y bestias, con una gran peste, y morirán.


Pues ved que yo suscito y lanzo contra Babilonia una coalición de grandes pueblos, que llegan del norte. Caerán sobre ella, y por allí será conquistada. Sus flechas, como de expertos guerreros, no caerán en el vacío.


¡Afilad las flechas, llenad las aljabas! El Señor ha excitado el espíritu del rey de los medos y su plan contra Babilonia es destruirla; ésta es la venganza del Señor, la venganza por su templo.


Entonces el cielo y la tierra y cuanto encierran entonarán sobre Babilonia un cántico de triunfo, porque del norte llegan contra ella los devastadores -dice el Señor-.


Y dirás: ¡Señor! Tú mismo has sentenciado que este lugar será destruido y que nadie lo volverá a habitar; ni hombre, ni bestia, sino que será un perpetuo desierto.


Por eso, esto dice el Señor: He aquí que mi cólera, mi furor, se va a desencadenar sobre este lugar, sobre los hombres y los animales, sobre los árboles del campo y sobre los frutos de la tierra. Y quemará sin apagarse.


Y yo voy a hacer de Jerusalén un montón de piedras, un cubil de chacales; y de las ciudades de Judá un desierto, donde nadie habite.


¿Qué sabio hay que comprenda esto? ¿A quién se lo ha dicho la boca del Señor? Que lo publique, ¿por qué el país está perdido, abrasado como el desierto, por donde nadie pasa?


Extirparé hombres y ganados, aves del cielo y peces del mar; haré caer a los malvados, exterminaré a los hombres de la superficie de la tierra -dice el Señor-.