Bíobla ar líne

Fógraí


An Bíobla ar fad Sean-Tiomna Tiomna Nua




Jeremías 37:2 - Biblia Martin Nieto

Pero ni él, ni sus servidores, ni el pueblo del país escucharon las palabras que el Señor pronunció por medio del profeta Jeremías.

Féach an chaibidil
Taispeáin Interlinear Bible

Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

Pero no obedeció él ni sus siervos ni el pueblo de la tierra a las palabras de Jehová, las cuales dijo por el profeta Jeremías.

Féach an chaibidil

Biblia Nueva Traducción Viviente

Sin embargo, ni Sedequías ni sus ayudantes ni la gente que quedó en la tierra de Judá hicieron caso a lo que el Señor decía a través de Jeremías.

Féach an chaibidil

Biblia Católica (Latinoamericana)

Pero ni él ni sus ministros ni la gente del país hicieron caso de las palabras que Yavé les había dirigido por medio del profeta Jeremías.

Féach an chaibidil

La Biblia Textual 3a Edicion

Pero ni él ni sus siervos, ni el pueblo de la tierra escucharon las palabras que YHVH habló por medio del profeta Jeremías.

Féach an chaibidil

Biblia Serafín de Ausejo 1975

Pero ni él ni sus servidores ni la población del país escucharon las palabras que Yahveh había pronunciado por medio del profeta Jeremías.

Féach an chaibidil

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Pero ni él, ni sus siervos, ni el pueblo de la tierra obedecieron a las palabras que Jehová habló por medio del profeta Jeremías.

Féach an chaibidil
Aistriúcháin eile



Jeremías 37:2
15 Tagairtí Cros  

David se dijo: 'Yo trataré con benevolencia a Janún, hijo de Najás, como su padre me trató a mí'. David le envió una embajada de pésame por la muerte de su padre. Pero cuando los servidores de David llegaron a la tierra de Amón,


y mandó por medio del profeta Natán que le pusieran de sobrenombre Yedidías, en atención del Señor.


Lo enterraron, y todo Israel le lloró, como el Señor había dicho por medio de su siervo Ajías, el profeta.


El Señor, por medio del profeta Jehú, hijo de Jananí, dirigió su palabra contra Basá y contra su casa, no sólo por todo lo malo que hizo a los ojos del Señor, irritándole con sus acciones y haciéndose semejante a la casa de Jeroboán, sino por haber exterminado a ésta.


Sedecías tenía veintiún años cuando subió al trono, y reinó once años en Jerusalén.


Y él dijo: 'Ay, Señor; envía al que quieras enviar'.


Se corta las piernas y apura amarguras el que envía mensajes por medio de un necio.


Cuando el gobernante hace caso de las mentiras, corrompe a todos sus servidores.


Esto dice el Señor, Dios de Israel: Vete a hablar a Sedecías, rey de Judá, y dile: Esto dice el Señor: Voy a entregar esta ciudad en manos del rey de Babilonia, que la prenderá fuego.


Trazarás un camino que lleve la espada a Rabat de los amonitas, y otra a Judá, a la fortaleza de Jerusalén.


Yo, el Señor, soy tu Dios desde el país de Egipto; te haré habitar de nuevo en tiendas, como en los días de nuestro encuentro.


Aarón y sus hijos cumplieron todo lo que el Señor había ordenado a Moisés.


Por tanto, el que desprecie todo esto no desprecia a un hombre, sino a Dios, el cual os da su Espíritu Santo.