Bíobla ar líne

Fógraí


An Bíobla ar fad Sean-Tiomna Tiomna Nua




Jeremías 20:16 - Biblia Martin Nieto

¡Sea ese hombre como las ciudades que el Señor destruyó sin compasión! ¡Oiga el grito de alarma por la mañana, el alarido de guerra al mediodía!

Féach an chaibidil
Taispeáin Interlinear Bible

Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

Y sea el tal hombre como las ciudades que asoló Jehová, y no se arrepintió; oiga gritos de mañana, y voces a mediodía,

Féach an chaibidil

Biblia Nueva Traducción Viviente

Que lo destruyan como a las ciudades de la antigüedad que el Señor derribó sin misericordia. Asústenlo todo el día con gritos de batalla,

Féach an chaibidil

Biblia Católica (Latinoamericana)

Que ese hombre sea como aquellas ciudades que Yavé ha destruido sin compasión; que sienta el grito de alarma en la mañana y el clamor de guerra al mediodía,

Féach an chaibidil

La Biblia Textual 3a Edicion

Sea tal hombre como las ciudades que destruyó YHVH sin apiadarse, Y oiga clamores por la mañana y gritos de alarma° al mediodía,

Féach an chaibidil

Biblia Serafín de Ausejo 1975

Sea este hombre como las ciudades que derribó Yahveh sin compasión; oiga gritos por la mañana y alaridos al mediodía,

Féach an chaibidil

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y sea el tal hombre como las ciudades que asoló Jehová, y no se arrepintió; y oiga gritos de mañana, y voces al mediodía;

Féach an chaibidil
Aistriúcháin eile



Jeremías 20:16
25 Tagairtí Cros  

¡Óiganse salir gemidos de sus casas cuando, de improviso, mandes tú contra ellos hordas de saqueadores! Pues han cavado una fosa para cazarme y han tendido lazos a mis pies.


pero si esa nación, contra la que he hablado, se convierte de su iniquidad, también yo me arrepiento del castigo que iba a ponerle.


Pero en los profetas de Jerusalén he visto monstruosidades: adulterio, obstinación en la falsedad, apoyo a los criminales para que ninguno se convierta de su perversidad; son todos ellos para mí como Sodoma; y sus habitantes, como Gomorra.


Así, pues, enmendad vuestra conducta y vuestra manera de obrar, escuchad la llamada del Señor, vuestro Dios, y el Señor retirará la desgracia con que os ha amenazado.


¡Ay, mis entrañas, mis entrañas! ¡Cómo sufro! ¡Entretelas de mi corazón! El corazón se me salta; ya no puedo callarme porque he oído el sonido del clarín, el clamor de guerra.


La perversidad de la hija de mi pueblo es más grande que el pecado de Sodoma, que fue arrasada en un instante sin que interviniera mano alguna contra ella.


También yo batiré palmas y aplacaré mi cólera. Yo, el Señor, he hablado'.


surgirá la confusión en tu pueblo: todas tus fortalezas serán destruidas, como Salmán arrasó a Bet Arbel el día de la batalla, cuando la madre fue estrellada sobre sus propios hijos.


¿Cómo voy a abandonarte, Efraín; cómo voy a traicionarte, Israel? ¿Es que voy a tratarte como a Admá, y dejarte igual que a Seboín? Mi corazón se revuelve dentro de mí, y todas mis entrañas se estremecen.


¿Pero yo los libraré del poder del abismo; los salvaré del poder de la muerte? ¿Dónde están, muerte, tus estragos? ¿Dónde están, abismo, tus azotes? La compasión desaparece de mi vista.


prenderé fuego a los muros de Rabbá y devorará sus palacios entre el clamor de un día de batalla y el torbellino de un día de huracán.


enviaré fuego contra Moab, que devorará los palacios de Queriot, y Moab morirá en el fragor entre el clamor bélico y el sonido de la trompeta;


Causé entre vosotros desastres como los causó el Señor en Sodoma y Gomorra, y fuisteis como un tizón salvado de un incendio; ¡y no habéis vuelto a mí!, dice el Señor.


Jonás entró en la ciudad, caminando durante una jornada y predicando así: 'Dentro de cuarenta días Nínive será destruida'.


y se encaró así con el Señor: 'Ah, Señor, ¿no lo decía yo ya cuando estaba todavía en mi tierra? ¿Y no fue por esto por lo que me apresuré a ir a Tarsis? Yo sabía que tú eres un Dios clemente, misericordioso y paciente, lleno de compasión y pronto a arrepentirte de las amenazas.


día de trompetas y de alarmas contra las ciudades fortificadas y los altos torreones.


Por eso, ¡por mi vida!, dice el Señor omnipotente, Dios de Israel, que Moab será como Sodoma, y los hijos de Amón como Gomorra: campos de cardos, montón de sal, desolación eterna. Los supervivientes de mi pueblo los saquearán, los que queden de mi nación los heredarán.


pero el día en que Lot salió de Sodoma llovió fuego y azufre del cielo y acabó con todos.


Azufre, sal, tierra quemada, eso es toda su tierra. No se podrá sembrar, nada en ella germinará, ni siquiera una hierba crecerá en ella; la catástrofe será semejante a la de Sodoma, Gomorra, Adamá y Seboyín, que el Señor destruyó llevado de su ira y su furor.


Y todas las naciones se preguntarán: ¿Por qué el Señor ha tratado así a esta tierra? ¿Por qué se encendió tanto su furor?


condenó a la destrucción y redujo a cenizas las ciudades de Sodoma y Gomorra para que sirviesen de ejemplo a todos los que en el futuro practicaran la injusticia,


como a Sodoma y Gomorra y las ciudades circunvecinas, que, al igual que aquéllas, se dedicaron a la lujuria y la homosexualidad y quedaron como ejemplo, sujetas a la pena del fuego eterno.