Hizo de mi boca una espada afilada, con la sombra de su mano me guardó; hizo de mí una flecha aguzada, en su aljaba me escondió.
Jeremías 1:9 - Biblia Martin Nieto El Señor extendió su mano, tocó mi boca y me dijo: 'Yo pongo mis palabras en tu boca. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y extendió Jehová su mano y tocó mi boca, y me dijo Jehová: He aquí he puesto mis palabras en tu boca. Biblia Nueva Traducción Viviente Luego el Señor extendió su mano, tocó mi boca y dijo: «¡Mira, he puesto mis palabras en tu boca! Biblia Católica (Latinoamericana) Entonces Yavé extendió su mano y me tocó la boca, diciéndome: 'En este momento pongo mis palabras en tu boca. La Biblia Textual 3a Edicion Luego YHVH extendió su mano, y tocó mi boca, y me dijo YHVH: He aquí, pongo mis palabras en tu boca. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Luego Yahveh alargó su mano y, tocando mi boca, Yahveh me dijo: Mira que pongo mis palabras en tu boca. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y Jehová extendió su mano, y tocó sobre mi boca; y me dijo Jehová: He aquí he puesto mis palabras en tu boca. |
Hizo de mi boca una espada afilada, con la sombra de su mano me guardó; hizo de mí una flecha aguzada, en su aljaba me escondió.
El Señor Dios me ha dado una lengua de experto para que yo sepa responder al cansado. Cada mañana me despierta el oído para escuchar como un discípulo.
He puesto mis palabras en tu boca y te he ocultado con la sombra de mi mano, al desplegar los cielos y fundar la tierra y decir a Sión: 'Mi pueblo res tú'.
En cuanto a mí, éste es mi pacto con ellos, dice el Señor: Mi espíritu, que reposa en ti, y mis palabras, que he puesto en tu boca, no faltarán de tu boca, ni de la boca de tus descendientes, ni de la boca de los descendientes de tus descendientes -dice el Señor- desde ahora y por siempre.
Entonces me dijo el Señor: 'Si vuelves, yo te haré volver y continuarás a mi servicio; y si separas lo precioso de lo vil, serás como mi boca. Ellos volverán a ti, no tú a ellos.
El profeta Jeremías refirió todo esto a Sedecías, rey de Judá, en Jerusalén,
'Toma un libro y escribe en él todas las palabras que te he comunicado acerca de Jerusalén, Judá y todas las naciones, desde el día en que comencé a hablarte, en tiempo de Josías, hasta el presente.
Por eso así habla el Señor, Dios todopoderoso: He aquí lo que va a ocurrir por haber afirmado tales cosas. Yo pondré mis palabras en tu boca como un fuego, y haré de este pueblo leña que él devorará.
Me dijo también: 'Hijo de hombre, todas las palabras que yo te diga consérvalas en tu corazón, escúchalas con la mayor atención;
Una mano me tocó y me hizo enderezarme temblando sobre mis rodillas y sobre las palmas de mis manos.
Entonces un ser de aspecto humano me tocó los labios. Abrí mi boca, hablé y dije a aquel que estaba delante de mí: 'Señor mío, con esta aparición me invade un malestar y me quedo sin fuerzas.
Entonces el Señor puso su palabra en boca de Balaán, y le dijo: 'Vuelve donde Balac y dile esto'.
Pero cuando os entreguen, no os preocupéis sobre cómo habéis de hablar o qué habéis de decir, porque en aquel momento se os sugerirá lo que debéis decir.
Jesús lo llevó aparte de la gente, le metió los dedos en los oídos, con su saliva le tocó la lengua,
pues yo os daré un lenguaje y una sabiduría que no podrán resistir ni contradecir todos vuestros adversarios.
Es precisamente lo que tú pediste al Señor, tu Dios, en el Horeb, el día de la asamblea, cuando dijiste: No queremos oír más la voz del Señor, ni ver ese gran fuego para no morir,
Yo les suscitaré de en medio de sus hermanos un profeta como tú; pondré mis palabras en su boca, y él les dirá todo lo que yo le mande.