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Hechos 9:8 - Biblia Martin Nieto

Saulo se levantó del suelo, y, aunque tenía los ojos abiertos, no veía nada; lo llevaron de la mano a Damasco,

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Biblia Reina Valera 1960

Entonces Saulo se levantó de tierra, y abriendo los ojos, no veía a nadie; así que, llevándole por la mano, le metieron en Damasco,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Saulo se levantó del suelo, pero cuando abrió los ojos, estaba ciego. Entonces sus acompañantes lo llevaron de la mano hasta Damasco.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

y Saulo, al levantarse del suelo, no veía nada por más que abría los ojos. Lo tomaron de la mano y lo llevaron a Damasco.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Entonces Saulo se levantó del suelo, y abriendo sus ojos, nada° veía. Así que, llevándolo de la mano, lo introdujeron en Damasco.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Se levantó, pues, Saulo del suelo y aunque tenía los ojos abiertos nada veía; lo llevaron, pues, de la mano, hasta Damasco.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Entonces Saulo se levantó de tierra, y abriendo los ojos, no veía a nadie; así que, llevándole de la mano, lo trajeron a Damasco.

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Hechos 9:8
10 Tagairtí Cros  

Repartió sus hombres para asaltar de noche a los enemigos; los derrotó y los persiguió hasta Joba, que está al norte de Damasco.


y dejaron ciegos a los hombres que estaban ante la puerta, desde el más joven hasta el más anciano, de tal modo que no pudieron encontrar la puerta.


Y el Señor le dijo: '¿Quién ha dado al hombre la boca y quién le hace sordo y mudo, vidente y ciego? ¿No soy acaso yo, el Señor?


Pues ahora la mano del Señor está sobre ti; te vas a quedar ciego sin ver el sol por cierto tiempo'. Y en el mismo instante quedó sumergido en la oscuridad y en las tinieblas; y, dando vueltas, buscaba quien lo llevara de la mano.


Como no veía nada debido a aquel gran resplandor, entré en Damasco llevado de la mano de mis compañeros de viaje.


En el acto se le cayeron de los ojos como escamas, y recobró la vista; se levantó y fue bautizado.


donde estuvo tres días sin ver y sin comer ni beber.


En Damasco, el gobernador del rey Aretas montó guardia en la ciudad de los damascenos para prenderme,


en lugar de ir a Jerusalén a ver a los que eran apóstoles antes que yo, me fui a Arabia y luego volví a Damasco.