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Hechos 13:11 - Biblia Martin Nieto

11 Pues ahora la mano del Señor está sobre ti; te vas a quedar ciego sin ver el sol por cierto tiempo'. Y en el mismo instante quedó sumergido en la oscuridad y en las tinieblas; y, dando vueltas, buscaba quien lo llevara de la mano.

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Biblia Reina Valera 1960

11 Ahora, pues, he aquí la mano del Señor está contra ti, y serás ciego, y no verás el sol por algún tiempo. E inmediatamente cayeron sobre él oscuridad y tinieblas; y andando alrededor, buscaba quien le condujese de la mano.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 Ahora mira, el Señor ha puesto su mano de castigo sobre ti, y quedarás ciego. No verás la luz del sol por un tiempo». Al instante, neblina y oscuridad cubrieron los ojos del hombre, y comenzó a andar a tientas, mientras suplicaba que alguien lo tomara de la mano y lo guiara.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 Pues ahora la mano del Señor va a caer sobre ti, quedarás ciego y no verás la luz del sol por cierto tiempo. Al instante quedó envuelto en oscuridad y tinieblas, y daba vueltas buscando a alguien que lo llevase de la mano.

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 ¡He aquí la mano del Señor ahora contra ti, y estarás ciego, y no verás la luz del sol por un tiempo! Y al instante cayeron sobre él tinieblas y oscuridad; y daba vueltas buscando lazarillos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 Ahora mismo caerá sobre ti la mano del Señor y quedarás ciego, sin poder ver el sol por cierto tiempo'. Y al instante le sobrevinieron oscuridad y tinieblas y, tanteando, buscaba quien le llevara de la mano.

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Hechos 13:11
18 Tagairtí Cros  

y dejaron ciegos a los hombres que estaban ante la puerta, desde el más joven hasta el más anciano, de tal modo que no pudieron encontrar la puerta.


El rey de Siria, que estaba en guerra contra Israel, concertó con sus ayudantes lo siguiente: 'Tendamos una emboscada en tal y tal lugar'.


¡Piedad, piedad de mí, vosotros, mis amigos, pues es la mano de Dios la que me ha herido!


de día y de noche tu mano pesaba sobre mí, mi savia se secaba al ardor del verano.


Señor, no me castigues cuando estés airado, no me reprendas cuando estés enfurecido;


la mano del Señor caerá sobre tu ganado, que anda por el campo: una peste gravísima sobre caballos, asnos, camellos, bueyes y ovejas.


porque el Señor ha derramado sobre vosotros un espíritu de sopor, ha cerrado vuestros ojos: los profetas, y ha velado vuestras cabezas: los videntes.


Jesús dijo: 'Yo he venido a este mundo para que los que no ven vean, y los que ven se queden ciegos'.


Ananías partió inmediatamente y entró en la casa, le impuso las manos y le dijo: 'Saulo, hermano mío, vengo de parte de Jesús, el Señor, el que se te apareció en el camino por el que venías, para que recobres la vista y quedes lleno del Espíritu Santo'.


Hermanos, no quiero que ignoréis este misterio -para que no presumáis de vosotros mismos-: el endurecimiento de una parte de Israel ha sucedido hasta que todos los paganos hayan entrado;


Es espantoso caer en las manos del Dios vivo.


Éstos son fuentes sin agua, nubes azotadas por el viento, a quienes les aguardan densas tinieblas.


Entonces convocaron a los jefes filisteos y les dijeron: 'Llevaos de aquí el arca del Dios de Israel; que vuelva a su lugar, para que no nos mate a nosotros y a nuestro pueblo'. Pues había un pánico mortal en toda la ciudad, porque la mano de Dios había descargado allí duramente.


Cuando la llevaron, la mano del Señor descargó sobre la ciudad y hubo en ella gran pánico, pues hirió a las gentes de la ciudad, desde el pequeño hasta el grande, y les salieron tumores.


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