¡Escuchad la palabra del Señor, jefes de Sodoma; prestad oído a la ley de nuestro Dios, pueblo de Gomorra!
Hechos 4:5 - Biblia Martin Nieto Al día siguiente se reunieron en Jerusalén los jefes del pueblo, los ancianos y los maestros de la ley. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Aconteció al día siguiente, que se reunieron en Jerusalén los gobernantes, los ancianos y los escribas, Biblia Nueva Traducción Viviente Al día siguiente, el Concilio —integrado por todos los gobernantes, ancianos y maestros de la ley religiosa— se reunió en Jerusalén. Biblia Católica (Latinoamericana) Al día siguiente, los jefes de los saduceos se reunieron con los ancianos y los maestros de la Ley de Jerusalén. La Biblia Textual 3a Edicion Al día siguiente, aconteció que se reunieron en Jerusalem sus gobernantes, y los ancianos, y los escribas; Biblia Serafín de Ausejo 1975 A la mañana siguiente se reunieron en Jerusalén sus jefes, los ancianos y los escribas, Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y aconteció que al día siguiente, los príncipes de ellos, y los ancianos y los escribas; |
¡Escuchad la palabra del Señor, jefes de Sodoma; prestad oído a la ley de nuestro Dios, pueblo de Gomorra!
¡Ay de aquellos que planifican injusticias, preparan el mal en sus lechos y lo llevan a cabo apenas despunta la mañana porque tienen el poder en sus manos!
Al amanecer, celebraron consejo los sumos sacerdotes, los ancianos, y los maestros de la ley y el tribunal supremo en pleno.
Un día, mientras enseñaba al pueblo en el templo y anunciaba el evangelio, los sumos sacerdotes, los maestros de la ley y los ancianos
Al amanecer, celebraron consejo los ancianos del pueblo, los sumos sacerdotes y los maestros de la ley; lo llevaron al tribunal
Pilato convocó a los sumos sacerdotes, a las autoridades y al pueblo, y les dijo:
cómo nuestros sumos sacerdotes y nuestras autoridades lo entregaron para ser condenado a muerte y lo crucificaron.
Entonces Pedro, lleno del Espíritu Santo, les dijo: 'Jefes del pueblo y ancianos de Israel,
Un fariseo llamado Gamaliel, doctor de la ley, respetado por todo el pueblo, se levantó en el tribunal, mandó que sacaran de la sala por unos momentos a los apóstoles y dijo:
Con esto amotinaron al pueblo, a los ancianos y a los maestros de la ley, los cuales se echaron sobre él, lo prendieron y lo llevaron al tribunal supremo.