Luego dijo a sus discípulos: 'El que quiera venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame.
Hebreos 13:13 - Biblia Martin Nieto Salgamos, pues, a su encuentro, fuera del campamento, compartiendo sus ultrajes. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Salgamos, pues, a él, fuera del campamento, llevando su vituperio; Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces salgamos al encuentro de Jesús, fuera del campamento, y llevemos la deshonra que él llevó. Biblia Católica (Latinoamericana) Salgamos, pues, del recinto sagrado para ir a su encuentro, y carguemos con su misma humillación, La Biblia Textual 3a Edicion Salgamos pues a Él fuera del campamento, llevando su oprobio. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Por lo tanto, salgamos a su encuentro fuera del campamento, cargados con su oprobio; Biblia Reina Valera Gómez (2023) Salgamos, pues, a Él, fuera del campamento, llevando su vituperio. |
Luego dijo a sus discípulos: 'El que quiera venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame.
Cuando salían, encontraron a un hombre de Cirene, llamado Simón, y le obligaron a llevar la cruz.
Dichosos seréis cuando os injurien, os persigan y digan contra vosotros toda suerte de calumnias por causa mía.
Dichosos seréis si os odian los hombres, si os expulsan, os insultan y proscriben vuestro nombre como infame por causa del hijo del hombre.
Y les decía a todos: 'El que quiera venir en pos de mí niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y sígame.
Ellos salieron del tribunal muy contentos por haber sido dignos de ser ultrajados por tal nombre.
Por esto me alegro de mis flaquezas, de los insultos, de las dificultades, de las persecuciones, de todo lo que sufro por Cristo; pues cuando me siento débil, es cuando soy más fuerte.
con los ojos puestos en la recompensa, consideró mayor riqueza el oprobio del ungido que los tesoros de Egipto.
fijando nuestra mirada en Jesús, el autor y consumador de la fe, quien, para obtener la gloria que se le proponía, soportó la cruz, aceptando valientemente la ignominia, y está sentado a la diestra del trono de Dios.
Pensad, pues, continuamente en aquel que soportó tan grande contradicción de parte de los pecadores, para que no desfallezcáis perdiendo el ánimo.
Todavía no habéis resistido hasta el derramamiento de sangre en la lucha contra el pecado.
Extrañados ahora de que ya no os mezcláis con ellos en ese desbordamiento de inmoralidad os insultan.