¡Qué grandes son, Señor, Dios mío, los proyectos y los milagros que hiciste por nosotros!: eres incomparable. Yo quisiera decirlos, proclamarlos; pero son tantos, que no pueden contarse.
Hebreos 10:8 - Biblia Martin Nieto Primero dice que no ha querido sacrificios ni ofrendas y que no le han agradado los holocaustos y los sacrificios por el pecado; Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Diciendo primero: Sacrificio y ofrenda y holocaustos y expiaciones por el pecado no quisiste, ni te agradaron (las cuales cosas se ofrecen según la ley), Biblia Nueva Traducción Viviente Primero, Cristo dijo: «No quisiste sacrificios de animales, ni ofrendas por el pecado, ni ofrendas quemadas ni otras ofrendas por el pecado; tampoco te agradaron todas esas ofrendas» (aun cuando la ley de Moisés las exige). Biblia Católica (Latinoamericana) Comienza por decir: No quisiste sacrificios ni ofrendas, ni te agradaron holocaustos o sacrificios por el pecado. Y sin embargo esto es lo que pedía la Ley. La Biblia Textual 3a Edicion Diciendo antes: Sacrificios y ofrendas y holocaustos y expiaciones° no quisiste ni escogiste (las cuales cosas son ofrecidas según la ley). Biblia Serafín de Ausejo 1975 Lo primero que dice es: Sacrificios y oblaciones y holocaustos y víctimas por el pecado no quisiste ni te fueron agradables, a pesar de que se ofrecen según la ley. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Diciendo arriba: Sacrificio y ofrenda, y holocaustos y expiaciones por el pecado no quisiste, ni te agradaron (cuyas cosas se ofrecen según la ley). |
¡Qué grandes son, Señor, Dios mío, los proyectos y los milagros que hiciste por nosotros!: eres incomparable. Yo quisiera decirlos, proclamarlos; pero son tantos, que no pueden contarse.
y amarlo con todo el corazón, con toda la inteligencia y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a sí mismo
En efecto, lo que la ley era incapaz de hacer, debido a los bajos instintos del hombre, lo hizo Dios enviando a su propio Hijo en condición semejante a la del hombre pecador, como sacrificio por el pecado y para condenar el pecado en su misma naturaleza humana.
Por eso, al entrar en este mundo, Cristo dijo: No has querido sacrificios ni ofrendas, pero en su lugar me has formado un cuerpo.