Génesis 23:6 - Biblia Martin Nieto 'Escúchanos, señor; tú eres entre nosotros un príncipe de Dios; sepulta a tu difunta en la mejor de nuestras tumbas. Ninguno te negará la suya para que puedas enterrar a tu difunta'. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Óyenos, señor nuestro; eres un príncipe de Dios entre nosotros; en lo mejor de nuestros sepulcros sepulta a tu muerta; ninguno de nosotros te negará su sepulcro, ni te impedirá que entierres tu muerta. Biblia Nueva Traducción Viviente usted es un príncipe de honor entre nosotros. Escoja la mejor de nuestras tumbas y entiérrela allí. Ninguno de nosotros se negará a ayudarle en ese sentido. Biblia Católica (Latinoamericana) Escúchanos, señor: entre nosotros tú eres un príncipe de Dios. Sepulta a tu difunta en la mejor de nuestras sepulturas, pues ninguno de nosotros te negará una tumba para tu difunta. La Biblia Textual 3a Edicion Óyenos, señor mío, tú eres en medio de nosotros un príncipe de ’Elohim. Sepulta a tu difunta en lo más escogido de nuestros sepulcros. Ninguno de nosotros te negará su sepulcro para sepultar a tu difunta. Biblia Serafín de Ausejo 1975 'Escucha, señor nuestro. Tú eres entre nosotros como un príncipe de Dios; sepulta, pues, a tu difunta en la mejor de nuestras sepulturas. Ninguno de nosotros te negará su sepulcro para que sepultes en él a tu difunta'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Escúchanos, señor mío, tú eres un príncipe poderoso entre nosotros; en el mejor de nuestros sepulcros sepulta a tu muerta; ninguno de nosotros te negará su sepulcro para que sepultes a tu muerta. |
En cuanto Abrán se enteró de que su sobrino había sido hecho prisionero, armó a trescientos dieciocho de sus hombres más valientes nacidos en su casa y se lanzó en su persecución hasta Dan.
Sara se echó a reír, pensando para sí: '¿Después de haber envejecido he de conocer el placer, siendo también mi marido viejo?'.
Ahora, devuélvesela a ese hombre. Él es profeta, e intercederá por ti para que vivas. Pero si no la devuelves, tú y todos los tuyos moriréis'.
Por aquel tiempo Abimelec, acompañado por Picol, jefe de su ejército, fue a decir a Abrahán: 'Dios está contigo en todo lo que haces.
Abrahán se levantó e hizo una reverencia a las gentes del país, los hititas,
Ella respondió: 'Bebe, señor'; e inclinando en seguida el cántaro sobre su brazo, le dio de beber.
El Señor ha colmado de bendiciones a mi amo y le ha enriquecido mucho; le ha dado ovejas y vacas, plata y oro, criados y criadas, camellos y asnos.
Raquel le dijo: 'No se enfade mi señor si no puedo levantarme ante él, pues tengo lo que es habitual en las mujeres'. Así él buscó y rebuscó, pero no pudo encontrar sus ídolos.
Y al primero le dio esta orden: 'Cuando te encuentre mi hermano Esaú y te pregunte: ¿De quién eres, adónde vas y de quién es el ganado que va delante?,
Ellos respondieron: '¡No, señor! Tus siervos han venido a comprar víveres.
¿No es ésa la copa que sirve a mi señor para beber y adivinar? Os habéis portado muy mal'.
Ya ves que el dinero que encontramos en la boca de los sacos te lo hemos traído desde la tierra de Canaán; ¿cómo podríamos haber robado plata u oro de la casa de tu señor?
Aarón respondió: 'No se encienda la ira de mi señor. Tú mismo sabes que este pueblo es muy inclinado al mal.
Esto dice el Señor: Las riquezas de Egipto y las ganancias de Etiopía y los sabeos, de elevada estatura, pasarán a ti y serán tuyos, te seguirán encadenados, ante ti se postrarán y te suplicarán: Sólo en ti se encuentra Dios; no hay nadie más, no hay otro dios.
Rut dijo: 'Has sido muy amable conmigo, señor; me has consolado y me has hablado al corazón, aunque yo no soy ni siquiera como una de tus criadas'.