Mientras estaba asediado, el rey Acaz aumentó sus pecados contra el Señor.
Éxodo 9:34 - Biblia Martin Nieto El Faraón, viendo que habían cesado la lluvia y el granizo, perseveró en su pecado, endureciendo su corazón él y sus servidores. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y viendo Faraón que la lluvia había cesado, y el granizo y los truenos, se obstinó en pecar, y endurecieron su corazón él y sus siervos. Biblia Nueva Traducción Viviente Al ver el faraón que la lluvia, el granizo y los truenos habían cesado, él y sus funcionarios pecaron de nuevo, y el faraón se puso terco una vez más. Biblia Católica (Latinoamericana) Pero, al ver Faraón que habían cesado la lluvia y el granizo, volvió a pecar, La Biblia Textual 3a Edicion Pero cuando Faraón vio que la lluvia, el granizo y los truenos habían cesado, siguió pecando y se obstinó en su corazón, tanto él como sus siervos. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Cuando el Faraón vio que había cesado la lluvia, y también el granizo y los truenos, volvió a pecar endureciendo su corazón, tanto él como sus servidores. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y viendo Faraón que la lluvia había cesado y el granizo y los truenos, perseveró en pecar, y endureció su corazón, él y sus siervos. |
Mientras estaba asediado, el rey Acaz aumentó sus pecados contra el Señor.
Pero no se humilló delante del Señor, como se había humillado su padre Manasés; al contrario, aumentó su culpabilidad.
Se rebeló asimismo contra el rey Nabucodonosor, al cual había prestado juramento en el nombre de Dios. Fue terco y obstinado y no quiso convertirse al Señor, Dios de Israel.
El Señor le dijo: 'En el camino hacia Egipto recuerda los prodigios que he puesto en tu mano y que tienes que hacer delante del Faraón. Yo endureceré su corazón de modo que no dejará salir al pueblo.
El Señor dijo a Moisés: 'El corazón del Faraón se ha endurecido y se niega a dejar salir al pueblo.
Los magos dijeron al Faraón: '¡Aquí está el dedo de Dios!'. Pero el corazón del Faraón se endureció y no les escuchó, como había dicho el Señor.
Salió Moisés de la presencia del Faraón, fuera de la ciudad, y extendió sus manos al Señor. Los truenos y el granizo cesaron y no hubo más lluvias sobre la tierra.
El corazón del Faraón se endureció y no dejó salir a los israelitas, como el Señor había dicho por medio de Moisés.
Como no se ejecuta inmediatamente la sentencia contra los delitos, por eso los hombres sólo piensan en delinquir;
No seáis testarudos, como fueron los egipcios y el Faraón; Dios los castigó duramente hasta que dejaron salir a los israelitas.