Aquel día el Señor hizo un pacto con Abrán en estos términos: 'A tu descendencia doy esta tierra, desde el torrente de Egipto hasta el gran río, el Éufrates:
Éxodo 23:31 - Biblia Martin Nieto Estableceré los confines de tu territorio desde el mar Rojo hasta el mar de los filisteos, desde el desierto hasta el río; pondré en vuestras manos a los habitantes del país, y tú los echarás de tu presencia. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y fijaré tus límites desde el Mar Rojo hasta el mar de los filisteos, y desde el desierto hasta el Éufrates; porque pondré en tus manos a los moradores de la tierra, y tú los echarás de delante de ti. Biblia Nueva Traducción Viviente Y estableceré los límites de tu territorio desde el mar Rojo hasta el mar Mediterráneo, y desde el desierto oriental hasta el río Éufrates. Entregaré en tus manos a los pueblos que ahora viven en esa tierra, y tú los expulsarás de tu paso. Biblia Católica (Latinoamericana) Fijaré tus fronteras desde el Mar Rojo hasta el mar de los filisteos (Mediterráneo) y desde el desierto hasta el río Eufrates. Pondré en tus manos a los que ocupan el país y tú los echarás fuera. La Biblia Textual 3a Edicion Y estableceré tu frontera desde el Mar Rojo hasta el Mar de los Filisteos,° y desde el desierto hasta el Río,° porque entregaré en vuestras manos a los moradores de la tierra y tú los expulsarás de tu presencia. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Fijaré tus confines desde el mar de los Juncos hasta el mar de los filisteos, y desde el desierto hasta el Río. Pondré en tu mano a los habitantes del país y los arrojaré de tu presencia. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y yo fijaré tu término desde el Mar Rojo hasta el mar de los filisteos, y desde el desierto hasta el río: porque pondré en vuestras manos los moradores de la tierra, y tú los echarás de delante de ti. |
Aquel día el Señor hizo un pacto con Abrán en estos términos: 'A tu descendencia doy esta tierra, desde el torrente de Egipto hasta el gran río, el Éufrates:
esto es, de las naciones de quienes había dicho el Señor a los israelitas: 'No os unáis con ellas en matrimonio, pues inclinarán vuestro corazón hacia sus dioses'. Pero Salomón se enamoró de ellas,
Un profeta se acercó a Ajab, rey de Israel, y dijo: 'Esto dice el Señor: ¿Ves toda esa inmensa multitud? Pues mira, yo la voy a poner hoy en tus manos para que sepas que yo soy el Señor'.
En aquella ocasión Salomón, y con él la inmensa comunidad de Israel venida desde la entrada de Jamat hasta el torrente de Egipto, celebraron la fiesta ante el Señor, Dios nuestro, durante siete días.
Dominó sobre todos los reyes, desde el Éufrates hasta la tierra de los filisteos y hasta la frontera de Egipto.
El Señor dijo a Moisés: 'No le temas, pues lo he entregado en tus manos, a él, a su pueblo y su territorio. Trátale como trataste a Sijón, rey de los amorreos, que habitaba en Jesbón'.
'Ordena a los israelitas: Cuando entréis en la tierra de Canaán, el territorio de vuestra heredad será el siguiente: la tierra de Canaán según sus fronteras.
Levantad el campamento y dirigíos a la montaña de los amorreos y a todas sus regiones vecinas: la Arabá, la montaña, la Sefela, el Negueb, el litoral, la tierra de los cananeos, el Líbano, hasta el río grande, el Éufrates.
Éstos son los dominios que yo pongo en vuestras manos. Entrad y tomad posesión de esta tierra que el Señor juró dar a vuestros padres, a Abrahán, Isaac y Jacob, a ellos y a sus descendientes.
Todo lo que pise la planta de vuestros pies será vuestro, y vuestras fronteras se extenderán desde el desierto al Líbano, desde el río Éufrates al mar Mediterráneo.
El Señor, nuestro Dios, lo puso en nuestras manos, y lo derrotamos a él, a sus hijos y a todo el pueblo.
Desde Aroer, que está al borde del río Arnón, la ciudad que está en el valle, hasta Galaad, no hubo para nosotros ciudad inexpugnable. El Señor, nuestro Dios, las puso todas en nuestras manos.
En las ciudades de estas naciones que el Señor, tu Dios, te da como heredad, no dejarás nada con vida.
El Señor me dijo: No lo temas, pues yo lo he puesto en tus manos a él, a su pueblo y a su país. Haz con él lo que hiciste con Sijón, rey de los amorreos, que habitaba en Jesbón.
Reconoce desde ahora mismo que es el Señor, tu Dios, quien va delante de ti como fuego devorador, que los destruirá. Él los derrotará delante de ti, y tú los desalojarás y los aniquilarás rápidamente, según la promesa del Señor.
Vuestro territorio abarcará desde el desierto y el Líbano hasta el gran río, el Éufrates, y, por el oeste, hasta el mar Mediterráneo.
Vosotros no os paréis, perseguid a vuestros enemigos, cortadles la retirada y no los dejéis entrar en sus ciudades, porque el Señor, vuestro Dios, los ha puesto en vuestras manos'.
El Señor dijo a Josué: 'No temas, porque yo los he entregado en tus manos; ninguno de ellos podrá resistir ante ti'.
Todos los habitantes de la montaña del Líbano hasta Misrefot, al occidente, y los sidonios. Yo los expulsaré ante los israelitas. Ahora reparte por suertes esta tierra a los israelitas, como yo te he ordenado.
Y dijeron: 'El Señor ha entregado toda esta región en nuestras manos; todos los habitantes están muertos de miedo ante nosotros'.
El Señor les dio paz con todos los pueblos vecinos, como había jurado a sus padres; ninguno de sus enemigos pudo resistirlos; a todos los entregó el Señor en sus manos.
Yo ya me voy a morir. Reconoced con todo vuestro corazón y con toda vuestra alma que ninguna de las promesas que el Señor, vuestro Dios, os había hecho, ha caído en el vacío; todas se han cumplido puntualmente; ni una siquiera cayó en el vacío.
Pasasteis el Jordán y llegasteis a Jericó. Los jefes de Jericó combatieron contra vosotros, así como los amorreos, los fereceos, los cananeos, los hititas, los guirgaseos, los heveos y los jebuseos, pero yo los entregué en vuestras manos.
Mandé delante de vosotros avispas, que pusieron en fuga a los dos reyes amorreos. Esto no lo debes a tu espada ni a tu arco.
El Señor ha echado delante de nosotros a todos los pueblos y a los amorreos que vivían en el país. También nosotros serviremos al Señor, porque él es nuestro Dios'.
Os traje a la tierra de los amorreos, que vivían en Transjordania; ellos combatieron contra vosotros, pero yo los entregué en vuestras manos; ocupasteis su tierra, porque yo los exterminé ante vosotros.
El Señor dijo a Josué: 'Extiende hacia Ay la jabalina que tienes en la mano, porque te la voy a entregar'. Y Josué extendió hacia la ciudad la jabalina que tenía en la mano.
Entonces vosotros saldréis de la emboscada para tomar la ciudad. El Señor, vuestro Dios, la pondrá en vuestras manos.
Los israelitas contestaron a los hititas: '¡A lo mejor vivís cerca de nosotros!; ¿cómo podremos hacer un pacto con vosotros?'.
Judá subió, y el Señor puso en sus manos a los cananeos y a los fereceos; derrotaron en Bézec a diez mil de ellos,
El Señor, Dios de Israel, entregó a Sijón y a todo su pueblo en manos de Israel, que los derrotó; e Israel se apoderó de todo el país de los amorreos que vivían en aquella región,
David volvió a consultar al Señor. El Señor le respondió: 'Ánimo, baja a Queilá, porque yo entrego a los filisteos en tus manos'.