destruyeron también la estatua de Baal y demolieron su templo, convirtiéndolo en un muladar hasta nuestros días.
Daniel 3:29 - Biblia Martin Nieto Sí, hemos pecado, hemos obrado inicuamente alejándonos de ti; hemos fallado en todo y no hemos guardado tus preceptos, Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Por lo tanto, decreto que todo pueblo, nación o lengua que dijere blasfemia contra el Dios de Sadrac, Mesac y Abed-nego, sea descuartizado, y su casa convertida en muladar; por cuanto no hay dios que pueda librar como este. Biblia Nueva Traducción Viviente Por lo tanto, yo decreto: si alguien, cualquiera sea su raza, nación o lengua, habla en contra del Dios de Sadrac, Mesac y Abed-nego, será despedazado y su casa será reducida a un montón de escombros. ¡No hay otro dios que pueda rescatar de esta manera!». Biblia Católica (Latinoamericana) Porque pecamos y cometimos la injusticia, alejándonos de ti; hemos pecado en todo eso gravemente; no hemos obedecido tus mandamientos. La Biblia Textual 3a Edicion Decreto pues, que todo pueblo, nación o lengua que profiera blasfemia contra el Dios de Sadrac, Mesac y Abed-nego, sea descuartizado, y su casa convertida en muladar, por cuanto no hay dios que pueda librar como Éste. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pues pecamos y procedimos inicuamente, alejándonos de ti, delinquimos en todo y no escuchamos tus preceptos; Biblia Reina Valera Gómez (2023) Por tanto, yo decreto que todo pueblo, nación, o lengua, que dijere blasfemia contra el Dios de Sadrac, Mesac y Abed-nego, sea descuartizado, y su casa sea puesta por muladar; por cuanto no hay otro Dios que pueda librar como Éste. |
destruyeron también la estatua de Baal y demolieron su templo, convirtiéndolo en un muladar hasta nuestros días.
Ordeno, además, que a todo aquel que no cumpla este edicto se arranque una viga de su casa, se le amarre a ella y se le azote, y su casa sea reducida por este delito a un montón de escombros.
Levántate, Señor; sálvame, Dios mío. Tú das de bofetadas a todos mis enemigos y rompes los dientes a los malhechores.
cuando Dios se levanta para hacer justicia, para liberar a todos los oprimidos de la tierra.
El rey se entretuvo hablando con ellos, pero entre todos los otros no encontró ninguno que pudiese compararse con Daniel, Ananías, Misael y Azarías; por eso quedaron ellos al servicio del rey.
Pero el jefe de los eunucos les cambió el nombre: a Daniel le llamó Baltasar; a Ananías, Sidrac; a Misael, Misac, y a Azarías, Abdénago.
Daniel, de regreso a su casa, informó en seguida del caso a Ananías, Misael y Azarías, sus compañeros,
Después el monarca dijo a Daniel: 'Ciertamente vuestro Dios es el Dios de los dioses, el Señor de los reyes, el revelador de los misterios, ya que tú has podido descifrar este enigma'.
Luego, a propuesta de Daniel, el rey nombró administradores de la provincia a Sidrac, Misac y Abdénago. Daniel se quedó en la corte real.
El rey les respondió: 'Tened bien presente mi decisión: Si no me decís el sueño y no me dais su interpretación, seréis cortados en pedazos y vuestras casas serán reducidas a un montón de ruinas.
Pues hay algunos judíos, aquellos a quienes pusiste al frente de la administración de la provincia de Babilonia, esto es, Sidrac, Misac y Abdénago, que no te hacen caso, oh rey; no veneran a tu dios ni adoran la estatua de oro que has levantado'.
¿Estáis dispuestos cuando oigáis sonar el cuerno, el pífano, la cítara, la sambuca, el salterio, la zampoña y toda clase de instrumentos musicales a postraros y adorar la estatua que he hecho? Si no la adoráis, seréis inmediatamente arrojados en un ardiente horno de fuego; y ¿qué Dios os podrá librar de mis manos?'.
Si nuestro Dios, a quien nosotros veneramos, quiere librarnos del ardiente horno de fuego y de tus manos, oh rey, nos librará.
Tú has ejecutado sentencias justas en todos los males que nos has mandado a nosotros y a la ciudad santa de nuestros padres, Jerusalén; pues tú nos has tratado así conforme a la verdad y la justicia, a causa de nuestros pecados.
El que salva y libera, obra prodigios y maravillas en el cielo y en la tierra; el que ha salvado a Daniel de las garras de los leones'.
Pero su roca no es como nuestra roca, / lo saben bien nuestros mismos enemigos;