Y, después de aconsejarse, hizo dos becerros de oro y dijo al pueblo: '¡Basta ya de subir a Jerusalén! Aquí tienes a tu dios, oh Israel, el que te sacó de Egipto'.
Daniel 3:1 - Biblia Martin Nieto El rey Nabucodonosor hizo una estatua de oro, de treinta metros de alta por tres de ancha; la levantó en la llanura de Dura, en la provincia de Babilonia. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 El rey Nabucodonosor hizo una estatua de oro cuya altura era de sesenta codos, y su anchura de seis codos; la levantó en el campo de Dura, en la provincia de Babilonia. Biblia Nueva Traducción Viviente El rey Nabucodonosor hizo una estatua de oro que medía veintisiete metros de altura y dos metros y medio de ancho y la levantó sobre la llanura de Dura, en la provincia de Babilonia. Biblia Católica (Latinoamericana) El rey Nabucodonosor hizo una estatua de oro de treinta metros de alto por tres metros de ancho y la colocó en la llanura de Dura, en la provincia de Babilonia. La Biblia Textual 3a Edicion El rey Nabucodonosor hizo una estatua de oro de sesenta codos de altura y seis codos de ancho, y la hizo levantar en la llanura de Dura, en la provincia de Babilonia. Biblia Serafín de Ausejo 1975 El rey Nabucodonosor hizo una estatua de oro de sesenta codos de altura por seis codos de anchura y la erigió en la llanura de Dura, en la provincia de Babilonia. Biblia Reina Valera Gómez (2023) El rey Nabucodonosor hizo una estatua de oro, la altura de la cual era de sesenta codos, su anchura de seis codos; la levantó en el campo de Dura, en la provincia de Babilonia. |
Y, después de aconsejarse, hizo dos becerros de oro y dijo al pueblo: '¡Basta ya de subir a Jerusalén! Aquí tienes a tu dios, oh Israel, el que te sacó de Egipto'.
Era en tiempos del rey Asuero, el que reinó desde India hasta Etiopía sobre ciento veintisiete provincias.
Los ídolos de las gentes son plata y oro, hechura de las manos de los hombres;
Moisés volvió al Señor y dijo: '¡Ay! Este pueblo ha cometido un gran pecado. Se han fabricado un dios de oro.
Aquel día todos arrojarán a los topos y a los murciélagos sus ídolos de plata y sus ídolos de oro, que se hicieron para adorarlos.
Entonces tendrás como profanos los ídolos recubiertos de plata y las imágenes revestidas de oro, y los tirarás como objeto inmundo, diciendo: ¡Fuera de aquí!
Sopesan ellos el oro de su bolsa, y la plata en la balanza; pagan a un orfebre para que les haga un dios, al cual, postrados, adoran.
recubiertos están de láminas de plata importada de Tarsis, y de oro de Ofir, trabajo de escultor, de manos de un orfebre; vestidos de púrpura violeta y escarlata, todos ellos son sólo obras de artífices.
El rey concedió a Daniel un alto grado, le hizo muchos regalos valiosos y le nombró gobernador de todas las provincias de Babilonia, así como jefe de todos los sabios de Babilonia.
Luego, a propuesta de Daniel, el rey nombró administradores de la provincia a Sidrac, Misac y Abdénago. Daniel se quedó en la corte real.
Nabucodonosor les preguntó: '¿Es cierto, Sidrac, Misac y Abdénago, que no veneráis a mis dioses ni adoráis la estatua de oro que yo he levantado?
no los hemos puesto en práctica, ni hemos obrado como tú nos mandabas para que todo fuese bien.
más aún, te has levantado contra el Señor del cielo: has mandado traer las copas de su templo, y tú, tus dignatarios, tus mujeres y tus concubinas habéis bebido vino en ellas. Has celebrado a los dioses de oro y plata, de bronce, hierro, madera y piedra, que no ven, ni oyen, ni entienden, pero no has glorificado al Dios que tiene en sus manos tu propio aliento y todos tus caminos.
Bebían vino y celebraban a sus dioses de oro y plata, de bronce, hierro, madera y piedra.
Por eso voy a cerrar su camino con espinos, voy a cercarla con una valla para que no encuentre más sus senderos;
Han establecido reyes sin contar conmigo; han nombrado jefes sin mi aprobación. Con su plata y su oro se han hecho ídolos para su propia ruina.
¡Ay de quien dice al leño: 'Despierta'!; a la piedra muda: '¡Levántate!'. ¡Éste es el oráculo! Sí, cubierta está de oro y plata, pero no tiene soplo alguno de vida.
Pues si nosotros somos linaje de Dios, no debemos pensar que la divinidad es semejante a oro o plata o piedra, escultura hecha por el arte y el ingenio del hombre.
veis y oís que no sólo en Éfeso, sino en casi toda Asia, ese Pablo ha apartado y persuadido a mucha gente, diciendo que no son dioses los que han sido hechos con las manos de los hombres.
Quemarás las imágenes talladas de sus dioses, sin codiciar el oro ni la plata que los recubre. Si te apropias de ello, caerías en la trampa, pues es cosa abominable a los ojos del Señor, tu Dios.
Los demás hombres que no fueron exterminados por estas plagas no se arrepintieron de las obras de sus manos, ni cesaron de adorar a los demonios y a los ídolos de oro, de plata, de bronce, de piedra y de madera, que no podían ni ver, ni oír, ni caminar;