Cantares 2:7 - Biblia Martin Nieto Yo os conjuro, hijas de Jerusalén, por las gacelas y las ciervas del campo, no despertéis, no turbéis a mi amor hasta cuando ella quiera. Ella: Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Yo os conjuro, oh doncellas de Jerusalén, Por los corzos y por las ciervas del campo, Que no despertéis ni hagáis velar al amor, Hasta que quiera. Biblia Nueva Traducción Viviente Prométanme, oh mujeres de Jerusalén, por las gacelas y los ciervos salvajes, que no despertarán al amor hasta que llegue el momento apropiado. Biblia Católica (Latinoamericana) Hijas de Jerusalén, yo les ruego
por las gacelas y las cabras del campo
que no despierten ni molesten al Amor
hasta cuando ella quiera. La Biblia Textual 3a Edicion Él ¡Oh hijas de Jerusalem, os conjuro por las gacelas y por las ciervas del campo, Que no disturbéis al amor ni lo despertéis hasta que quiera! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Muchachas de Jerusalén, yo os conjuro por las gacelas y las ciervas de los campos: no despertéis ni desveléis a mi amor hasta que quiera. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Yo os exhorto, oh hijas de Jerusalén, por los corzos y por las ciervas del campo, que no despertéis ni hagáis velar a mi amor hasta que quiera. |
cierva amable y graciosa gacela, sus encantos te embriaguen de continuo, siempre estés prendado de su amor.
Morena soy, pero hermosa, hijas de Jerusalén, como las tiendas de Quedar, como los pabellones de Salomón.
Mientras sopla la brisa del día y las sombras se desvanecen, vuelve, amor mío; sé como la gacela o el joven cervatillo en los montes perfumados
Semejante es mi amor a una gacela, a un ágil cervatillo. Vedlo ya aquí apostado detrás de nuestra cerca. Mira por las ventanas, espía por las celosías.
Yo os conjuro, hijas de Jerusalén, por las gacelas y las ciervas del campo, no despertéis ni turbéis a mi amor hasta cuando ella quiera. Coro:
Su boca es colmo de dulzura, todo en él es delicia. Así es mi amor, así mi amigo, hijas de Jerusalén.
¡Huye, amor mío, sé como la gacela, como el cervatillo en los montes perfumados!
Yo os conjuro, hijas de Jerusalén, no despertéis ni turbéis a mi amor hasta cuando ella quiera. Coro:
El Señor es mi Señor, él es mi fuerza; él hace mis pies como los de las ciervas y me hace caminar por las alturas. (Al maestro de coro. Para instrumentos de cuerda).
Pero Jesús permaneció callado. El sumo sacerdote le dijo: '¡Te conjuro por Dios vivo que nos digas si tú eres el mesías, el hijo de Dios!'.