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Apocalipsis 20:9 - Biblia Martin Nieto

Subieron a la superficie de la tierra, y rodearon el campamento de los santos, la ciudad amada; pero cayó fuego del cielo y los devoró.

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Biblia Reina Valera 1960

Y subieron sobre la anchura de la tierra, y rodearon el campamento de los santos y la ciudad amada; y de Dios descendió fuego del cielo, y los consumió.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Y los vi cuando subían por toda la anchura de la tierra y rodeaban al pueblo de Dios y a la ciudad amada; pero cayó fuego del cielo sobre el ejército que atacaba y lo consumió.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Invadieron el país entero y cercaron el campamento de los santos, la Ciudad muy amada, pero bajó fuego del cielo y los devoró.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y subieron sobre la anchura de la tierra, y rodearon el campamento de los santos y la ciudad amada, pero° descendió fuego del cielo y los devoró.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Avanzaron por la superficie de la tierra y cercaron el campamento del pueblo santo y la ciudad amada. Pero bajó fuego del cielo y los devoró.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y subieron sobre la anchura de la tierra, y rodearon el campamento de los santos, y la ciudad amada; y de Dios descendió fuego del cielo, y los devoró.

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Apocalipsis 20:9
33 Tagairtí Cros  

Entonces el Señor hizo llover sobre Sodoma y Gomorra azufre y fuego del Señor desde el cielo.


El criado del hombre de Dios se levantó de madrugada y, al salir, vio la tropa que sitiaba la ciudad con caballos y carros. El muchacho dijo a Eliseo: '¡Ay, señor mío!, ¿qué hacemos?'.


¿Has medido la anchura de la tierra? ¡Habla, si sabes todo esto!


un fuego devoró a su banda, una llama devoró a aquellos rebeldes.


el Señor ama las puertas de Sión más que todas las moradas de Jacob.


Delante de él avanza un fuego que abrasa en derredor a todos sus enemigos;


Pues desde hace tiempo está dispuesta en Tofet, preparada también para Moloc, una fosa honda y ancha, llena de paja y leña; el soplo del Señor, como un río de azufre, la prenderá.


Aquella misma noche el ángel del Señor salió e hirió en el campamento asirio a ciento ochenta y cinco mil hombres. Por la mañana, al despertar, no se veía más que cadáveres.


Subirás contra mi pueblo Israel como un nublado que cubre el país. Será al fin de los tiempos cuando yo te haga venir a mi tierra a fin de que las gentes me conozcan, al manifestar yo mi santidad en ti, oh Gog, ante sus ojos.


Convocaré contra él terrores de todas clases, dice el Señor Dios. Sus gentes volverán las espadas unos contra otros.


Subirás, llegarás al país como un huracán, como un nubarrón que cubrirá la tierra, tú y todas tus huestes y los numerosos pueblos que están contigo.


Y mandaré fuego sobre Magog y sobre los que viven seguros en las islas, y sabrán que yo soy el Señor.


El que los guía irá a la cabeza, abrirá el camino y pasarán por la puerta de salida; su rey irá el primero, y el Señor a su cabeza.


Voy a poner en pie de guerra a los caldeos, ese pueblo cruel e impetuoso, que recorre la anchura de la tierra para apoderarse de moradas ajenas.


El pueblo se quejó al Señor de sus desgracias. El Señor lo oyó, montó en cólera y mandó contra ellos un fuego, que devoró uno de los flancos del campamento.


Un fuego que salía del Señor devoró a los 250 hombres que ofrecían el incienso.


pero el día en que Lot salió de Sodoma llovió fuego y azufre del cielo y acabó con todos.


Porque llegará un día en que tus enemigos te rodearán con trincheras, te cercarán y te estrecharán por todas partes


'Cuando veáis a Jerusalén cercada por ejércitos, sabed que se aproxima su destrucción.


Al ver esto, los discípulos Santiago y Juan dijeron: 'Señor, ¿quieres que digamos que baje fuego del cielo y los consuma?'.


Llevarás en tu equipaje una paleta, con la cual harás un hoyo en la tierra, y luego lo taparás, después de haber hecho en él tus necesidades.


entre llamas de fuego, para tomar venganza de los que no conocen a Dios y no obedecen al evangelio de Jesús, nuestro Señor.


Salgamos, pues, a su encuentro, fuera del campamento, compartiendo sus ultrajes.


Si alguno intenta hacerles daño, saldrá fuego de su boca, que devorará a sus enemigos. Así perecerá el que intente hacerles daño.


Hace grandes prodigios, hasta hacer descender fuego del cielo a la tierra a la vista de los hombres.