Su madre le respondió: 'Tu maldición, hijo mío, caiga sobre mí. Tú obedéceme; ve y tráeme los cabritos'.
2 Samuel 14:9 - Biblia Martin Nieto La mujer dijo al rey: 'Que la culpa, oh rey mi señor, caiga sobre mí y sobre la casa de mi padre; que el rey y su trono sean inocentes'. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y la mujer de Tecoa dijo al rey: Rey señor mío, la maldad sea sobre mí y sobre la casa de mi padre; mas el rey y su trono sean sin culpa. Biblia Nueva Traducción Viviente —¡Oh gracias, mi señor el rey! —le respondió la mujer de Tecoa—. Si lo critican por ayudarme, que la culpa caiga sobre mí y sobre la casa de mi padre, y que el rey y su trono sean inocentes. Biblia Católica (Latinoamericana) La mujer de Tecoa dijo al rey: '¡Señor rey, que este problema me afecte sólo a mí y a mi familia, pero que el rey y su trono no tengan por qué preocuparse!' La Biblia Textual 3a Edicion La mujer de Tecoa dijo entonces al rey: ¡Oh rey señor mío, recaiga la iniquidad sobre mí y sobre la casa de mi padre, pero que el rey y su trono sean libres de culpa!° Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pero la mujer de Tecoa dijo al rey. '¡Caiga sobre mí y sobre la casa de mi padre la culpa, oh mi señor el rey, y queden limpios de ella el rey y su trono!'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y la mujer de Tecoa dijo al rey: Rey señor mío, la maldad sea sobre mí y sobre la casa de mi padre; mas el rey y su trono sean sin culpa. |
Su madre le respondió: 'Tu maldición, hijo mío, caiga sobre mí. Tú obedéceme; ve y tráeme los cabritos'.
Yo salgo fiador de él; a mí me pedirás cuenta. Si no te lo devuelvo, si no te lo traigo, yo seré culpable ante ti toda mi vida.
El rey respondió: 'Si alguno te inquieta, tráelo aquí, y no volverá a molestarte'.
Él dijo a la mujer: 'Vete a tu casa; yo daré las órdenes respecto a ti'.
Su sangre recaerá sobre la cabeza de Joab y de su descendencia para siempre, mientras que la paz del Señor estará siempre con David, su linaje, su casa y su trono'.
No profanaréis la tierra que habitáis, porque la sangre profana la tierra, y la tierra no puede ser purificada de la sangre vertida sobre ella, sino con la sangre del que la ha vertido.
Y todo el pueblo respondió: 'Que su sangre caiga sobre nosotros y sobre nuestros hijos'.
Se echó a sus pies y dijo: 'Que la culpa recaiga sobre mí, señor. Deja hablar a tu sierva y escucha mis palabras.