Repartió sus hombres para asaltar de noche a los enemigos; los derrotó y los persiguió hasta Joba, que está al norte de Damasco.
2 Reyes 8:7 - Biblia Martin Nieto Eliseo fue a Damasco. Ben Hadad, rey de Siria, que estaba enfermo, recibió la noticia de que había llegado el hombre de Dios. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Eliseo se fue luego a Damasco; y Ben-adad rey de Siria estaba enfermo, al cual dieron aviso, diciendo: El varón de Dios ha venido aquí. Biblia Nueva Traducción Viviente Luego Eliseo fue a Damasco, la capital de Aram, donde el rey Ben-adad estaba enfermo. Cuando alguien le informó al rey que el hombre de Dios había llegado, Biblia Católica (Latinoamericana) Eliseo se fue a Damasco. El rey de Aram, Ben-Hadad, estaba enfermo y le comunicaron la noticia de que el hombre de Dios había llegado. La Biblia Textual 3a Edicion Y Eliseo fue a Damasco, y Ben-adad, rey de Siria, estaba enfermo, y le dijeron: El varón de Dios ha venido aquí. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Eliseo fue luego a Damasco. Ben Hadad, rey de Aram, estaba enfermo, y le dieron esta noticia: 'El varón de Dios ha llegado aquí'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Eliseo se fue luego a Damasco, y Benadad, rey de Siria, estaba enfermo, al cual dieron aviso, diciendo: El varón de Dios ha venido aquí. |
Repartió sus hombres para asaltar de noche a los enemigos; los derrotó y los persiguió hasta Joba, que está al norte de Damasco.
Se le juntaron unos desalmados y él se hizo jefe de la banda, mientras David derrotaba a los sirios; se apoderó de Damasco y se estableció allí como rey;
Mientras Jeroboán estaba de pie junto al altar, quemando incienso, un hombre de Dios llegó de Judá a Betel por orden del Señor,
Entonces Asá tomó la plata y el oro de los tesoros del templo del Señor y del palacio real, y por medio de sus servidores los envió a Ben Hadad, hijo de Tabrimón y nieto de Jezyón, rey de Siria, que tenía su residencia en Damasco, con este mensaje:
Ben Hadad, rey de Siria, reunió todo su ejército y, acompañado de treinta y dos reyes con carros y caballos, fue a sitiar Samaría y la atacó.
Ben Hadad le dijo: 'Las ciudades que mi padre quitó al tuyo te las devolveré, y tú podrás establecer en Damasco plazas comerciales, como hizo mi padre en Samaría'. Ajab hizo este pacto con él y le dejó en libertad.
Ocozías se cayó por una ventana del piso superior en Samaría, resultando gravemente herido. Y envió mensajeros a consultar a Belcebú, dios de Ecrón, si se curaría de sus heridas.
Los discípulos de los profetas de Jericó lo vieron desde el otro lado, y exclamaron: 'El espíritu de Elías se ha posado sobre Eliseo'. Le salieron al encuentro y se prosternaron ante él rostro en tierra.
cuando Guejazí, el criado de Eliseo, el hombre de Dios, se dijo: 'Es claro que mi amo ha sido demasiado condescendiente con este sirio Naamán, hasta el punto de no aceptar de su mano lo que le había traído. ¡Vive el Señor, que voy tras él y consigo de él alguna cosa!'.
Y uno de sus ayudantes respondió: 'Nadie, oh rey, mi señor; Eliseo, el profeta que vive en Samaría, es el que comunica al rey de Israel incluso todo lo que tú dices en tu dormitorio'.
Después de estos sucesos Ben Hadad, rey de Siria, reunió todo su ejército y fue a sitiar Samaría.
Él preguntó a la mujer, y ella se lo contó todo. Y el monarca mandó a un eunuco con esta orden: 'Que le devuelvan todas sus propiedades y el producto de sus campos desde el día que abandonó el país hasta ahora'.
Puedes dirigirte a Godolías, hijo de Ajicán, hijo de Safán, a quien el rey de Babilonia ha puesto al frente de las ciudades de Judá, y quedarte con él entre el pueblo; puedes ir también adonde quieras'. Luego el jefe de la escolta le dio provisiones y un regalo, y lo despidió.
al no encontrarlos, arrastraron a Jasón y algunos hermanos ante los magistrados, gritando: 'Éstos, que han revolucionado el mundo entero, se han presentado también aquí,
Ésta es la bendición que Moisés, hombre de Dios, pronunció sobre los israelitas antes de morir.
Cuando los de Gaza supieron que Sansón estaba allí, la cercaron y estuvieron todo el día en acecho a las puertas de la ciudad. Por la noche se fueron tranquilos a sus casas diciendo: 'Al venir el día lo mataremos'.