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Jeremías 40:5 - Biblia Martin Nieto

5 Puedes dirigirte a Godolías, hijo de Ajicán, hijo de Safán, a quien el rey de Babilonia ha puesto al frente de las ciudades de Judá, y quedarte con él entre el pueblo; puedes ir también adonde quieras'. Luego el jefe de la escolta le dio provisiones y un regalo, y lo despidió.

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Biblia Reina Valera 1960

5 Si prefieres quedarte, vuélvete a Gedalías hijo de Ahicam, hijo de Safán, al cual el rey de Babilonia ha puesto sobre todas las ciudades de Judá, y vive con él en medio del pueblo; o ve a donde te parezca más cómodo ir. Y le dio el capitán de la guardia provisiones y un presente, y le despidió.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 Si decides quedarte, regresa a Gedalías, hijo de Ahicam y nieto de Safán. Él fue nombrado gobernador de Judá por el rey de Babilonia. Quédate allí con la gente que él gobierna, pero eso depende de ti. Puedes irte a donde quieras». Entonces Nabuzaradán, capitán de la guardia, le dio a Jeremías algo de comida y dinero y lo dejó ir.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 O bien dirigirte a casa de Godolías, hijo de Ajigam y nieto de Safán, a quien el rey de Babilonia ha nombrado gobernador de las ciudades de Judá y quedarte a vivir con él, entre esta gente. En fin, anda a donde más te convenga. En seguida, el comandante de la guardia le dio víveres y un regalo y lo despidió.

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 Como aún no se volvía, le dijo: Regresa a Gedalías ben Ahicam, hijo de Safán, al cual el rey de Babilonia ha puesto sobre todas las ciudades de Judá, y vive con él en medio del pueblo; o ve a donde te parezca mejor ir. Y el capitán de la guardia le dio provisiones y un presente, y lo despidió.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 Y como no se movía, le añadió: 'Vuelve junto a Godolías, hijo de Ajicán, hijo de Safán, a quien el rey de Babilonia ha puesto al frente de las ciudades de Judá, y quédate con él entre la población; o vete adondequiera que te parezca conveniente ir'. El jefe de la escolta le dio provisiones y un regalo, y lo despidió.

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Jeremías 40:5
24 Tagairtí Cros  

y ordenó al sacerdote Jelcías, a Ajicán, hijo de Safán, a Acbor, hijo de Miqueas, a Safán, el secretario, y a Asaías, cortesano del rey:


El sacerdote Jelcías, Ajicán, Acbor, Safán y Asaías fueron a ver a la profetisa Juldá, esposa de Salún, hijo de Ticua y nieto de Jarjás, el guardarropa del templo. Juldá vivía en el barrio nuevo de Jerusalén. Le expusieron el caso,


y ordenó a Jelcías, a Ajicán, hijo de Safán, a Abdón, hijo de Miqueas, a Safán, el secretario, y a Asayas, cortesano del rey:


¡Bendito sea el Señor, Dios de nuestros padres, que tan bien dispuso el corazón del rey para glorificar el templo del Señor en Jerusalén,


volvió de Babilonia. Era un escriba experto en la ley de Moisés, dada por el Señor, Dios de Israel. El rey le concedió todo lo que deseaba, porque el Señor, su Dios, estaba con él.


Oh Señor, estén atentos tus oídos a la súplica de tu siervo y a la oración de tus servidores, que quieren ser fieles a ti. Concede éxito a tu siervo y haz que tengan buena acogida ante ese hombre'. Era yo entonces copero del rey.


Al humillado podrás decir: '¡Arriba!'; y Dios salvará a quien los ojos baja.


Cuando el Señor se complace en la conducta de un hombre, reconcilia con él incluso a sus enemigos.


El corazón del rey es canal de agua en manos del Señor, él lo inclina hacia donde quiere.


El Señor ha dicho: ¿No te había yo empujado hacia el bien? ¿No he hecho yo que el enemigo te suplicase en el tiempo de la desgracia y de la angustia?


En cuanto a Jeremías, fue protegido por Ajicán, hijo de Safán, y así no fue entregado en manos del pueblo para darle muerte.


mandaron sacar a Jeremías del patio de la guardia y lo entregaron a Godolías, hijo de Ajicán, hijo de Safán, para que lo llevase a su casa. Y así se quedó en medio del pueblo.


En cuanto a ti, yo te libro ahora de las cadenas que tienes en las manos. Si quieres venir conmigo a Babilonia, ven, que yo cuidaré de ti; pero si no quieres venir conmigo a Babilonia, quédate. Mira, todo el país está ante ti: Vete adonde prefieras.


En el mes séptimo, Ismael, hijo de Netanías, hijo de Elisamá, que era de estirpe real y uno de los grandes del rey, vino con diez hombres a visitar a Godolías, hijo de Ajicán, en Mispá, y mientras estaba comiendo con él,


y alejarse de los caldeos, a quienes temían, porque Ismael, hijo de Netanías, había matado a Godolías, hijo de Ajicán, puesto por el rey de Babilonia al frente del país.


Ismael, hijo de Netanías, y los diez hombres que le acompañaban se levantaron e hirieron a espada a Godolías, hijo de Ajicán, hijo de Safán, matando así a aquel a quien el rey de Babilonia había puesto al frente del país.


Al día siguiente llegamos a Sidón; y Julio, que trataba con benevolencia a Pablo, le permitió ir a casa de sus amigos para que le cuidasen.


Pero el oficial, queriendo salvar a Pablo, se lo impidió, y ordenó que los que supieran nadar se echasen al agua los primeros y saliesen a tierra,


Nos tributaron muchos honores y, al marchar, nos suministraron todo lo necesario.


No te dejaré ni te abandonaré; de suerte que podemos decir con confianza: El Señor es mi auxilio; no temeré. ¿Qué podrán hacerme los hombres?


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