El hombre de manos inocentes y limpio corazón, que no entrega su alma a la mentira y nunca jura en falso.
2 Pedro 3:1 - Biblia Martin Nieto Queridos hermanos, ésta es la segunda carta que os escribo. En las dos, mi propósito es el mismo: conseguir, con mis consejos, que penséis rectamente. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Amados, esta es la segunda carta que os escribo, y en ambas despierto con exhortación vuestro limpio entendimiento, Biblia Nueva Traducción Viviente Queridos amigos, esta es la segunda carta que les escribo y, en ambas, he tratado de refrescarles la memoria y estimularlos a que sigan pensando sanamente. Biblia Católica (Latinoamericana) Esta es ya, queridos, la segunda carta que les escribo. En ambas he intentado recordarles la sana doctrina. La Biblia Textual 3a Edicion Amados, ésta es ya la segunda epístola que os escribo, en las cuales despierto con exhortación vuestro limpio entendimiento; Biblia Serafín de Ausejo 1975 Ésta es ya, queridos hermanos, la segunda carta que os escribo. Y en ambas procuro excitar en vosotros, con el recuerdo, una sincera inteligencia. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Amados, esta segunda carta escribo ahora a vosotros; en la cual despierto vuestro sincero entendimiento, por recordatorio; |
El hombre de manos inocentes y limpio corazón, que no entrega su alma a la mentira y nunca jura en falso.
Lo dije entonces, en mi segunda visita, y lo vuelvo a decir ahora, lejos de vosotros, a los que pecaron antes, como a todos los demás; cuando vuelva no andaré con miramientos,
No impongas a nadie las manos sin haberlo pensado muy bien; no te hagas cómplice de los pecados ajenos. Consérvate honesto.
Por eso te recomiendo que reavives la gracia de Dios, que te fue conferida por la imposición de mis manos.
Queridos hermanos, aunque hablamos así, estamos persuadidos de que vosotros estáis en una situación mejor y más favorable con respecto a la salvación.
Purificados por la obediencia a la verdad con el fin de llegar a una fraternidad sincera amaos entrañablemente unos a otros,
Queridos hermanos, como a gente de paso en tierra extraña, os exhorto a que os abstengáis de las pasiones carnales, que hacen la guerra al espíritu.
Por lo cual, queridos hermanos, en espera de todas estas cosas, esforzaos por encontraros sin mancha, sin culpa y en paz en presencia del Señor.
Vosotros, sin embargo, queridísimos hermanos, avisados de antemano, estad en guardia, no sea que, arrastrados por el error de los libertinos, decaigáis de vuestra firmeza;
Queridos hermanos, no debéis olvidar una cosa: que un día es ante Dios como mil años, y mil años como un día.
Quiero recordaros, aunque conozcéis perfectamente todas estas cosas, que el Señor, después de haber liberado al pueblo de la opresión de Egipto, a continuación aniquiló a los incrédulos;