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2 Crónicas 2:6 - Biblia Martin Nieto

Mándame un hombre experto, que sepa trabajar el oro, la plata, el bronce, el hierro, la escarlata, el carmesí y el jacinto; que conozca el arte de cincelar, para que dirija a los artífices que tengo conmigo en Judea y Jerusalén, puestos a mi disposición por mi padre David.

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Biblia Reina Valera 1960

Mas ¿quién será capaz de edificarle casa, siendo que los cielos y los cielos de los cielos no pueden contenerlo? ¿Quién, pues, soy yo, para que le edifique casa, sino tan solo para quemar incienso delante de él?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

pero en realidad, ¿quién puede edificarle un hogar digno de él? ¡Ni siquiera los cielos más altos pueden contenerlo! ¿Quién soy yo para proponer construirle un templo, excepto como lugar para quemarle sacrificios?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Mándame, pues, un hombre hábil en trabajar el oro, la plata, el bronce, el hierro, la púrpura escarlata, el carmesí y la púrpura violeta, y que sepa grabar; estará con los artesanos que tengo conmigo en Judá y en Jerusalén, y que mi padre David ya puso a mi disposición.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Pero ¿quién será capaz de edificarle Casa, cuando los cielos, y los cielos de los cielos no lo pueden contener?° Y, ¿quién soy yo para que le edifique una Casa, sino tan sólo para quemar incienso ante Él?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Envíame, pues, un hombre experto en trabajar el oro, la plata, el bronce, el hierro, la púrpura escarlata, el carmesí y la púrpura violeta, y que sepa grabar entalladuras, para que esté con los expertos que tengo en Judá y en Jerusalén, a los que mi padre David ya había preparado.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Pero ¿Quién podrá edificarle casa, siendo que el cielo, y el cielo de los cielos no le pueden contener? ¿Quién, pues, soy yo, para que le edifique casa, aunque sólo sea para quemar incienso delante de Él?

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2 Crónicas 2:6
19 Tagairtí Cros  

El rey David se presentó ante el Señor y le dijo: '¿Quién soy yo, Señor, y qué es mi casa para que me hayas hecho llegar hasta aquí?


El rey Salomón mandó traer de Tiro a Jirán,


hijo de una viuda de la tribu de Neftalí y de padre tirio, que trabajaba el bronce. Estaba dotado de sabiduría, inteligencia y técnica para realizar cualquier trabajo en bronce. Se presentó al rey Salomón y ejecutó todos sus encargos.


Pero, ¿será posible que Dios pueda habitar sobre la tierra? Si los cielos en toda su inmensidad no te pueden contener; ¡cuánto menos este templo que yo he construido!


Tienes a tu disosición buen número de obreros: canteros, escultores, carpinteros y hombres especializados en toda clase de obras.


¿Quién soy yo y quién es mi pueblo para que podamos ofrecerte tantas cosas? Pues todo viene de ti y tuyo es lo que te hemos dado.


Dame sabiduría e inteligencia para gobernar con acierto a este pueblo; pues ¿quién podría gobernar a un pueblo tan numeroso como es tu pueblo?'.


Pero ¿será posible que Dios habite en medio de los hombres sobre la tierra? Si los cielos en toda su inmensidad no pueden contenerte, ¡cuánto menos este templo que yo he construido!


Moisés dijo al Señor: '¿Quién soy yo para ir al Faraón y sacar de Egipto a los israelitas?'.


para tallar piedras de engaste, para trabajar la madera y para llevar a cabo toda clase de trabajos.


Esto dice el Señor: El cielo es mi trono y la tierra el escabel de mis pies. ¿Qué casa podríais construirme, y qué lugar para reposo mío?


Si un hombre se oculta en escondrijo, ¿no le veré yo acaso? -dice el Señor-. ¿Es que los cielos y la tierra no los lleno yo? -dice el Señor-.


para éstos, olor de muerte que mata; para aquéllos, olor de vida que da vida. ¿Y quién está a la altura de tal misión?


A mí, el más insignificante de todos los cristianos, se me ha concedido el privilegio de evangelizar a los paganos, de anunciar la incalculable riqueza de Cristo,


y llevaréis al lugar que el Señor, vuestro Dios, haya elegido para hacer habitar en él su nombre, todo lo que yo os prescribo: vuestros holocaustos y vuestros sacrificios, vuestros diezmos y vuestras contribuciones y todas las cosas selectas que hayáis prometido al Señor.


Solamente en el lugar elegido por el Señor, tu Dios, en una de las tribus, podrás ofrecer tus holocaustos y hacer allí todo lo que yo te ordeno.


Las cosas que hayas consagrado y las promesas que hayas hecho, las llevarás al lugar elegido por el Señor.