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1 Samuel 30:17 - Biblia Martin Nieto

David los atacó desde la mañana hasta la tarde y los mató a todos, menos a cuatrocientos jóvenes que montaron en los camellos y huyeron.

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Biblia Reina Valera 1960

Y los hirió David desde aquella mañana hasta la tarde del día siguiente; y no escapó de ellos ninguno, sino cuatrocientos jóvenes que montaron sobre los camellos y huyeron.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Entonces David y sus hombres se lanzaron contra ellos y los mataron durante toda la noche y durante todo el día siguiente hasta la tarde. Ninguno de los amalecitas escapó, excepto cuatrocientos jóvenes que huyeron en camellos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

David los masacró desde el alba hasta el atardecer y acabó con ellos. No escapó ninguno, salvo cuatrocientos jóvenes que huyeron en sus camellos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y David los atacó desde el alba hasta la tarde del día siguiente, y no escapó ninguno de ellos, excepto cuatrocientos jóvenes que montaron en camellos y huyeron.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

David los batió desde el alba hasta el atardecer de aquel día. Ninguno de ellos se salvó, a excepción de cuatrocientos jóvenes, que montaron en camellos y huyeron.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y los hirió David desde aquella mañana hasta la tarde del día siguiente; y ninguno de ellos escapó, sino cuatrocientos jóvenes que montaron en camellos y huyeron.

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1 Samuel 30:17
11 Tagairtí Cros  

Después de la muerte de Saúl, David, que había vuelto a derrotar a los amalecitas, estuvo dos días en Sicelag.


Edón, Moab, los amonitas, los filisteos, Amalec y el botín de Hadadézer, hijo de Rejob, rey de Sobá.


Al anochecer se dirigieron al campamento de los sirios, y cuando llegaron al campamento, vieron que no había nadie.


derrotaron a los supervivientes de Amalec y se establecieron allí hasta el día de hoy.


Gritaron, pero no hubo salvador; clamaron al Señor, pero no hubo respuesta.


Pero Ismael, hijo de Netanías, logró escapar con ocho hombres, de Juan, hacia el país de los amonitas.


Barac persiguió a los carros y al ejército hasta Jaróset Goyín. Todo el ejército de Sísara cayó bajo el filo de la espada y no escapó ni un solo hombre.


Los madianitas, los amalecitas y la gente de oriente estaban desplegados en el valle, tan numerosos como langostas; sus camellos eran innumerables, como la arena que hay a orillas del mar.


Al día siguiente Saúl dividió al pueblo en tres cuerpos, que penetraron en el campamento antes del amanecer y estuvieron matando amonitas hasta el mediodía. Los supervivientes se dispersaron, hasta el punto de no quedar dos juntos.


Anda, castiga a Amalec y destruye sin piedad todas sus cosas; mata hombres y mujeres, mayores y pequeños, bueyes y ovejas, camellos y asnos'.