Le respondió: 'Lo soy. Anda y di a tu amo que está aquí Elías'. Él replicó:
Y él respondió: Yo soy; ve, di a tu amo: Aquí está Elías.
—Sí, soy yo —contestó Elías—. Ahora ve y dile a tu amo: “Elías está aquí”.
Este le respondió: 'Sí, yo soy. Vete a decir a tu amo que he llegado'.
Y le respondió: Soy yo. Ve y di a tu señor: Elías está aquí.
Él le respondió: 'Yo soy. Vete a decir a tu amo que aquí está Elías'.
Y él respondió: Yo soy; ve, di a tu amo: He aquí Elías.
Ajab llamó a Abdías, su mayordomo, el cual era muy temeroso del Señor:
Cuando Abdías iba por el camino, le salió al encuentro Elías. Al reconocerle, se postró rostro en tierra y dijo: '¿Eres tú Elías, mi señor?'.
'¿Qué pecado he cometido para que me entregues a Ajab y me mate?
Pagad a cada uno lo que le corresponda: contribuciones, impuestos, respeto, honores, lo que haya que darle.