Yo voy a buscar un bocado de pan, y así os repondréis antes de pasar adelante, ya que habéis pasado cerca de vuestro siervo'. Ellos respondieron: 'Haz como has dicho'.
1 Reyes 13:7 - Biblia Martin Nieto El rey dijo al hombre de Dios: 'Ven a comer conmigo, que quiero hacerte un regalo'. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y el rey dijo al varón de Dios: Ven conmigo a casa, y comerás, y yo te daré un presente. Biblia Nueva Traducción Viviente Después el rey dijo al hombre de Dios: —Ven al palacio conmigo, come algo y te daré un regalo. Biblia Católica (Latinoamericana) El rey dijo entonces al hombre de Dios: 'Ven conmigo a mi casa, recupera tus fuerzas y te daré un regalo'. La Biblia Textual 3a Edicion Entonces el rey dijo al varón de Dios: Ven conmigo a la casa, y susténtate, y te daré un presente. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Dijo entonces el rey al varón de Dios: 'Ven conmigo a mi casa para tomar un bocado, y además te haré un regalo'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y el rey dijo al varón de Dios: Ven conmigo a casa, y comerás, y yo te daré un presente. |
Yo voy a buscar un bocado de pan, y así os repondréis antes de pasar adelante, ya que habéis pasado cerca de vuestro siervo'. Ellos respondieron: 'Haz como has dicho'.
Llévate diez panes, unas tortas y un tarro de miel, y preséntate a él. Él te dirá lo que ha de ser del niño'.
Acto seguido regresó con toda su comitiva adonde el hombre de Dios, y en pie ante él, dijo: 'Reconozco que no hay otro dios en toda la tierra fuera del Dios de Israel. Y ahora, dígnate recibir un regalo de tu siervo'.
Puedes dirigirte a Godolías, hijo de Ajicán, hijo de Safán, a quien el rey de Babilonia ha puesto al frente de las ciudades de Judá, y quedarte con él entre el pueblo; puedes ir también adonde quieras'. Luego el jefe de la escolta le dio provisiones y un regalo, y lo despidió.
¡Ojalá uno de vosotros cerrara las puertas del templo, para que no se encienda más inútilmente mi altar! No, no estoy contento con vosotros -dice el Señor todopoderoso- y no me agradan las ofrendas de vuestras manos.
Apacentad el rebaño que Dios os ha confiado y cuidad de él no a la fuerza, sino de buena gana, como Dios quiere; no por una vil ganancia, sino con generosidad;
Manóaj dijo al ángel del Señor: 'Quédate con nosotros y te prepararemos un cabrito'.
Los llevó a su casa, echó de comer a sus asnos, se lavaron los pies y después comieron y bebieron.