enséñame a cumplir tu voluntad, pues tú eres mi Dios; tu espíritu bueno me conduzca por una tierra llana.
1 Pedro 4:2 - Biblia Martin Nieto Los días restantes de su vida mortal estarán al servicio no de las pasiones humanas, sino de la voluntad de Dios. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 para no vivir el tiempo que resta en la carne, conforme a las concupiscencias de los hombres, sino conforme a la voluntad de Dios. Biblia Nueva Traducción Viviente No pasarán el resto de la vida siguiendo sus propios deseos, sino que estarán ansiosos de hacer la voluntad de Dios. Biblia Católica (Latinoamericana) Por ello, entreguen lo que les queda de esta vida, no ya a las pasiones humanas, sino a la voluntad de Dios. La Biblia Textual 3a Edicion para no vivir ya el tiempo restante en la carne, en las pasiones de los hombres, sino en la voluntad de Dios. Biblia Serafín de Ausejo 1975 para vivir el resto de sus días no según las pasiones humanas, sino según la voluntad de Dios. Biblia Reina Valera Gómez (2023) para que ya el tiempo que queda en la carne, viva, no en las concupiscencias de los hombres, sino en la voluntad de Dios. |
enséñame a cumplir tu voluntad, pues tú eres mi Dios; tu espíritu bueno me conduzca por una tierra llana.
Porque el que hace la voluntad de mi Padre celestial, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre'.
y les dijo: Id también vosotros a la viña, yo os daré lo que sea justo.
¿Cuál de los dos hizo la voluntad de su padre?'. Le contestaron: 'El primero'. Jesús dijo: 'Os aseguro que los publicanos y las prostitutas entrarán en el reino de Dios antes que vosotros.
'No todo el que me dice: ¡Señor! ¡Señor!, entrará en el reino de Dios, sino el que hace la voluntad de mi Padre celestial.
Porque el que hace la voluntad de Dios, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre'.
porque del corazón del hombre proceden los malos pensamientos, las fornicaciones, robos, homicidios,
él, que no nació ni de sangre ni de carne, / ni por deseo de hombre / sino de Dios. /
El que quiera hacer la voluntad de Dios conocerá si mi doctrina es de Dios o si hablo por mi cuenta.
Y no os acomodéis a este mundo; al contrario, transformaos y renovad vuestro interior para que sepáis distinguir cuál es la voluntad de Dios: lo bueno, lo que le agrada, lo perfecto.
Así, también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en unión con Cristo Jesús.
¡Nunca jamás! Los que hemos muerto al pecado, ¿cómo vamos a seguir viviendo en él?
Así también vosotros, hermanos míos, habéis muerto a la ley en la persona de Cristo, a fin de pertenecer a otro, al resucitado de entre los muertos, para que produzcamos frutos para Dios.
y murió por todos, para que los que viven no vivan para sí, sino para quien murió y resucitó por ellos.
Nosotros también éramos de ésos cuando nos dejábamos llevar de las apetencias carnales, sujetos a los deseos de nuestros instintos y a nuestra imaginación. Éramos, por naturaleza, objeto de la ira divina, igual que los demás.
Os digo y os pido en nombre del Señor que no viváis como viven los paganos, con sus vanos pensamientos
Por consiguiente, no actuéis como necios, sino procurad conocer cuál es la voluntad del Señor.
servidles no sólo cuando os ven, como para quedar bien con ellos, sino como esclavos de Cristo, haciendo de corazón la voluntad del Señor;
Por esta razón nosotros, desde el día en que lo oímos, no cesamos de rogar y pedir por vosotros, para que seáis llenos del conocimiento de su voluntad con toda sabiduría e inteligencia espiritual,
Vosotros habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios.
Os saluda Epafras, vuestro compatriota, siervo de Jesucristo, que continuamente se esfuerza suplicando por vosotros, para que os mantengáis firmes y totalmente sometidos a la voluntad de Dios.
Dad gracias en toda coyuntura, porque esto es lo que Dios quiere de todos vosotros en Cristo Jesús.
os haga aptos para cumplir su voluntad en toda clase de obras buenas, obrando en vosotros lo que le es agradable a sus ojos por Jesucristo, a quien sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Él nos ha engendrado según su voluntad por la palabra de la verdad, para que seamos como las primicias de sus criaturas.
Como hijos obedientes no viváis conforme a las pasiones que os tenían esclavizados en otro tiempo cuando caminabais en la ignorancia;
Desechad toda maldad todo engaño y toda clase de hipocresía envidia o maledicencia.
El mundo pasa, y con él sus deseos insaciables; pero el que hace la voluntad de Dios vive para siempre.