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1 Corintios 15:31 - Biblia Martin Nieto

Hermanos, os aseguro que todos los días estoy al borde de la muerte, y que vosotros sois mi gloria en Cristo Jesús, Señor nuestro.

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Biblia Reina Valera 1960

Os aseguro, hermanos, por la gloria que de vosotros tengo en nuestro Señor Jesucristo, que cada día muero.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Pues juro, amados hermanos, que todos los días enfrento la muerte. Esto es tan cierto como el orgullo que siento por lo que Cristo Jesús nuestro Señor ha hecho en ustedes.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Sí, hermanos, porque todos los días estoy muriendo, se lo juro por ustedes mismos que son mi gloria en Cristo Jesús nuestro Señor.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Por la gloria que tengo de vosotros° en Jesús el Mesías, Señor nuestro, cada día muero.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Tan cierto como que sois mi orgullo en Cristo Jesús, nuestro Señor, os aseguro, hermanos, que cada día me estoy muriendo.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Os aseguro por la gloria que de vosotros tengo en Cristo Jesús Señor nuestro, que cada día muero.

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1 Corintios 15:31
14 Tagairtí Cros  

Judá le dijo: 'Aquel hombre nos advirtió expresamente que no seríamos admitidos de nuevo en su presencia sin nuestro hermano menor.


porque con insistencia advertí a vuestros padres desde el día en que los saqué de Egipto, y lo he repetido sin cesar hasta este día: ¡Escuchad mi voz!


Entonces el ángel del Señor declaró a Josué:


únicamente sé que el Espíritu Santo me asegura en todas las ciudades que me esperan prisiones y tribulaciones.


Dice la Escritura: Por tu causa estamos expuestos a la muerte todo el día, somos como ovejas destinadas al matadero.


Nos sentimos orgullosos de que nuestra conciencia nos asegure que nos hemos comportado con todo el mundo, y especialmente con vosotros, con la sencillez y la sinceridad que Dios da, y no por la sabiduría humana, sino por la gracia de Dios.


¿Son ministros de Cristo? Voy a decir una locura: yo mucho más que ellos. Más en trabajos, más en prisiones; en palizas, inmensamente más; en peligros de muerte, muchas veces.


Gracias sean dadas a Dios, que siempre nos hace triunfar en Cristo y descubre en todo lugar, mediante nosotros, la fragancia de su conocimiento.


La verdadera circuncisión somos nosotros, los que damos culto llevados del Espíritu de Dios y estamos orgullosos de Cristo Jesús, no poniendo nuestra confianza en algo humano,


Y es que, ¿quién es en verdad nuestra esperanza, nuestro gozo, nuestra corona de gloria delante de nuestro Señor Jesucristo en el día de su venida? ¿Quién sino vosotros?


¿Cómo podremos agradecer a Dios todo este gozo que nos habéis proporcionado ante nuestro Dios?


Atiende su petición; pero adviérteles bien y hazles saber los derechos del rey que van a tener'.