¡Quién diera que callarais de una vez! Os sería contado por sabiduría.
Ojalá callarais por completo, Porque esto os fuera sabiduría.
¡Si tan solo se quedaran callados! Es lo más sabio que podrían hacer.
¡Quién pudiera obligarlos a guardar silencio!, eso sería el único acto sabio de ustedes.
¡Ojalá guardarais silencio! Al menos pareceríais sabios.
¡Oh que callarais del todo! Y os sería sabiduría.
¡Si se callaran la boca, mostrarían algo de sabiduría!
¿Harán callar a los hombres tus jactancias? ¿Harás escarnio sin que nadie te avergüence?
Callad, para que yo pueda hablar, ¡Y que me sobrevenga lo que sea!
Oíd ahora mi razonamiento, Y atended los alegatos de mi boca:
¿Habrá fin para las palabras huecas? ¿Qué te hace responder así?
¿Hasta cuándo tenderás lazo con palabras? Recapacita, y después hablemos.
¿Hasta cuándo afligiréis mi alma Y me aplastaréis con palabras?
Miradme, que de puro asombro, Os llevaréis la mano a vuestra boca.
Aquellos tres hombres cesaron de replicar a Job, por cuanto les pareció que era justo.
¿Debo esperar porque ellos no hablan, Porque cesaron y no responden más?
Aun el necio cuando calla es tenido por sabio, El que cierra sus labios es entendido.
Porque de las muchas ocupaciones vienen los sueños, y de las muchas palabras el dicho del necio.
(Mientras que el prudente calla ante todo eso, Pues son tiempos peligrosos).
Sabed,° mis amados hermanos: Todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para la ira;